Estados Unidos superó un millón y medio de infectados de coronavirus y más de 91 mil fallecidos. El país se encuentra en una situación contradictoria: reabrir los estados para impulsar la economía y evitar una recesión o seguir con las restricciones.
En casi todos los lugares de Estados Unidos, la curva de la infección no ha empezado a bajar. Las reaperturas y el aumento de las actividades implicarán un grande riesgo para los ciudadanos y un nuevo aumento de los casos y víctimas.
Mientras tanto en el mundo de la política, en particular el lado republicano empuja para que el país vuelva a la normalidad. Para mañana todos los 50 estados volverán a reabrir de manera total o parcial.
En este deseo de reapertura, el presidente Trump es una figura central. Dijo que debido al gran aumento de casos las regiones está considerando una prohibición de viajes para América Latina.
Además, el presidente calificó la gran cantidad de casos de Covid-19 en Estados Unidos como una medalla de honor porque significa que su país está haciendo pruebas a muchas personas más que en otras naciones.
Sin embargo; para tener una idea verdadera del tamaño del brote alrededor de la nación y poder contrarrestar eficazmente el virus; los expertos señalan cómo Estados Unidos necesitaría mucho más pruebas.
En conclusión; el lunes Trump afirmó tomar la hidroxicloroquina como medicamento para prevenir un contagio -a pesar de que esta medicina no está probada para prevenir infecciones y puede tener efectos mortales-.
Otra noticia, es la crítica de la Casa Blanca a la OMS por cómo manejó la pandemia. Estados Unidos amenazó de cortar los fondos permanentemente si la organización no demuestra en 30 días no subir la influencia de China en su trabajo y si no empezara una investigación sobre el origen del virus.
La OMS, en respuesta a Trump, defendió su trabajo mientras el martes sus estados miembros acordaron iniciar una investigación sobre la respuesta global a la pandemia.
