RacismoMx y de Espacio Migrante: se reunieron para hablar de la realidad de la infancia migrante, poniendo como premisa una cifra de UNICEF en 2017: “cerca de 9,000 niñas, niños y adolescentes mexicanos que llegaron a Estados Unidos sin documentos fueron repatriados; la mayoría de ellos viajaban sin la compañía de un adulto”.
Jessie Valcin, Coordinadora de la Comunidad Haitiana en Espacio Migrante en Tijuana, dijo que entre las principales causas de movilidad entre infancias latinoamericanas y caribeñas se encuentran la violencia de carácter familiar, el desplazamiento forzado, el cambio climático o la falta de garantías en materia educativa en los países de origen.
Infancia migrante, derechos y discriminación
Al entrar a nuevos territorios, la infancia y juventud en contexto de movilidad humana se hace acreedora de todos los derechos contenidos en el marco legal del país receptor, sin importar su estatus migratorio; no obstante, esto no siempre ocurre.
Valcin dijo que, por ejemplo, en temas de carácter educativo, esto no necesariamente ocurre al llegar a países receptores como México, donde además de bullying racista, tampoco hay garantías respecto al derecho a la educación, pues las escuelas mexicanas les niegan el acceso no por su estatus migratorio, sino por prejuicios raciales.
“La SEP tiene el Programa Binacional de Educación Migrante (PROBEM) que apoyaba inicialmente a infancias mexicanas en retorno a México; desde 2015 el proyecto apoya a toda la comunidad hispanohablante, pero la lengua materna se ha convertido en otro obstáculo”, afirma Valcin.
Otto Castillo, Coordinador de Educación para RacismoMx sostuvo que la migración infantil tiene particularidades en las que los Estados deben poner atención. Por ejemplo, habló de la importancia de espacios centrados en las infancias, empezando por separarles de adultos, o priorizar necesidades específicas, como la de salud en trayectos hostiles o protección especial en contextos de crimen organizado.
Impacto psicológico en la infancia migrante
Valcin y Catillo señalaron, a pregunta expresa de Marisol Aguilar, Coordinadora de Programas de RacismoMX, que el impacto en la salud mental producto de las condiciones indignas en las que niñas, niños y adolescentes ejercen la movilidad humana, es un pendiente urgente.
Castillo expresó que investigaciones recientes confirman la existencia de un trauma sostenido donde las infancias y juventudes migrantes, desde contextos de racialización, siempre tendrán “algo de qué defenderse”, construyendo sus identidades en respuesta al duelo y la resistencia.
Valcin, por su parte, dijo que desde Espacio Migrante se trabaja para que los usuarios más jóvenes aprendan a configurar otra forma de construir el mundo, pues la narrativa con la que las infancias llegan al lugar suele ser “por defender a mi mamá puedo ser una leona”.
No hay censos oficiales que permitan entender, con claridad, la movilidad humana de infancias y juventudes en Latinoamérica, pero la existencia de contextos que lleven a los más jóvenes a construir sus identidades desde la migración, con todos los riesgos e impactos que esto conlleva, constituye una violencia de urgencia internacional.
UNICEF sugiere algunas acciones concretas al respecto que, como indica Jessie Valcin, requieren no solo ser abrazadas por el Estado, sino también por la sociedad al cuestionar el racismo de las sociedades receptoras, y las posibilidades de acoger a la niñez migrante en compasión y dignidad.
