Viktor y Amalija Knavs, así como su hija Melania, son migrantes que provienen de Eslovenia, un pequeño país de Europa Central que al oeste limita con Italia, al sur y al este con Croacia, al noreste con Hungría y al norte con Italia. De allá salieron los padres de la hoy Primera Dama de Estados Unidos para buscar una mejor vida en la Unión Americana.
Hoy se sabe que los parientes políticos del Presidente Donald Trump aprovecharon un programa que permite a los ciudadanos naturalizados –en este caso sería Melania– tramitar visas para sus familiares cercanos e incluso acogerse al programa de residencia permanente.
“Puedo confirmar que los padres de la señora Trump fueron legamente admitidos como residentes permanentes de Estados Unidos”, manifestó el abogado Michel Wildes a través de un comunicado que confirmaba que la pareja natural de Eslovenia había conseguido lo que millones de inmigrantes intentan actualmente.
“La familia, que no es parte del Gobierno, pidió que se respete su privacidad así que no comentaré nada más sobre este asunto”, concluyó Wildes.
La noticia la divulgó el influyente diario The Washington Post y causó reacciones negativas contra la Casa Blanca.
Trump, quien hizo del tema migratorio un fuerte de su campaña presidencial, prometió ponerle fin a lo que llamó “migración en cadena”, limitándola al cónyuge y a los hijos menores.
“Casi todas las familias de Estados Unidos están vinculadas con programas de inmigración que Trump quiere eliminar, inclusive la suya”, dijo el congresista demócrata Luis Gutierrez, de acuerdo con una nota de la agencia AFP.
Durante meses, la oficina de la Primera Dama ignoró las preguntas acerca de la situación legal de sus padres, hasta hoy que el abogado Wildes ha confirmado que sus progenitores tienen ya la residencia permanente en Estados Unidos.
