Luego de que el Instituto Nacional de Migración (INM) impidiera a personas en situación de tránsito el arribo a vagones en la capital de Chihuahua, un primer tren arribó ayer a Ciudad Juárez con más de 500 personas de diferentes nacionalidades y edades, en busca de recorrer un último tramo a pie y cruzar la frontera con Estados Unidos.
Infancias, hombres y mujeres descendieron en el eje vial Juan Gabriel, en Ciudad Juárez alrededor de las 13 horas del día de ayer, caminaron, con mochilas y cobijas en manos aún, hacia el Río Bravo, donde finalmente cruzaron para encontrarse con la patrulla fronteriza y entregarse en busca de refugio.
En su trayecto rumbo al Bravo, las personas en tránsito solicitaron agua y comida a la población juarense. Argumentaban llevar días sin comer y estar en busca de trabajo en Estados Unidos. En los relatos registraron también sus orígenes: Ecuador, Venezuela o Colombia.
De forma previa a la llegada de este grupo humano, decenas de migrantes que ya estaban en Juárez se entregaron a las autoridades estadounidenses en la puerta 40 del muro fronterizo, convertido ya en nuevo paso debido a presencia menor de Guardia Nacional de Texas, desplegada a lo largo del muro.
Sin tren, pero acampando
En días anteriores, medios locales reportaron campamentos de centenares de personas en la capital de Chihuahua. Las personas en situación de tránsito reportaron falta de recursos, así como condiciones climáticas que empeoraban el camino, soportando temperaturas por arriba de los 30 grados centígrados.
La población migrante también advierte que, durante detenciones por parte de autoridades mexicanas, se les promete alimentación y refugio, pero esto no es así, además de que los hechos ocurren en condiciones de maltrato. Mientras ello sucede o no, autoridades locales advierten que la falta de sanidad en los campamentos, así como de alimentación, son condiciones inhumanas para las personas que se encuentran en esta situación.