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Mitos y verdades sobre la elección del soporte apropiado para tu colchón

Foto: Freepik

Son muchos los factores que tendrás que tener en cuenta a la hora de comprar un nuevo colchón. Algunos de los principales es que el valor no se exceda de lo que podamos pagar, elegir correctamente entre los materiales usados, y que nuestra elección esté atada a la comodidad y el confort que nos brinde.

Sin embargo, son varios los mitos que están relacionados a los colchones que tendrás que dejar de lado para hacer la elección más adecuada. Pasarás un tercio de tu vida durmiendo, por lo que seleccionar de forma correcta, basándote en tus necesidades, tiene que ser un factor determinante: dormir incómodo puede provocar desde trastornos de sueño y mal humor hasta dolores de espalda y de las articulaciones. Y al ser un gasto económico por encima de la media, es recomendable considerar la compra del correcto como una inversión en tu salud.

¿Cuáles son algunos de los mitos más extendidos en relación a los f?

Los avances tecnológicos relacionados al descanso y la evolución de los colchones, han traído consigo diversos “discursos”, algunos de ellos verdaderos y otros falsos, sobre el uso o los beneficios con los que cuenta cada tipo de cama. Algunos de ellos se han vuelto verdaderos mitos, por lo que es importante saber la verdad en cada caso para saber qué es lo que estás por comprar.

·       El tiempo que tiene que pasar antes que tengas que reemplazar el colchón

La mayoría de los expertos recomiendan que reemplacemos nuestro colchón antes de llegar a los 10 años y muchos fabricantes de estos productos mencionan que la vida útil aproximada de un colchón va de los 7 a los 10 años. Sin embargo, la realidad es que esta duración es muy variante en relación a distintas cosas, como, por ejemplo, la calidad de los materiales que lo conforman.

El tiempo de vida útil que puede tener un colchón dependerá de la calidad del mismo, además del tipo de cuerpo de la persona que lo utilice, los cuidados y atenciones que se le den al producto o la forma en la que las personas que lo usan, duermen. Otra cosa que puede afectar al tiempo que tarde en degradarse es las veces que lo rotes, ya que si distribuyes el peso de la misma manera sin variar, una parte de tu cama se degradará más rápido que otra.

·       Los colchones nuevos se deben ajustar al cuerpo desde el inicio

Este también es otro de los mitos más extendidos a la hora de comprar un nuevo colchón. Si bien es cierto que uno elige por comodidad en la mayoría de los casos, lo cierto es que el cuerpo humano, en la mayoría de los casos, no se adapta a una nueva superficie para dormir hasta, por lo menos, pasado un mes.

Debido al tiempo que pasamos acostados cada día, nuestras articulaciones y músculos tienen que pasar por un periodo de adaptación para reconocer las zonas del colchón que generan más confort. Esto, igualmente, no significa que no esté bien hacer una investigación previa, para comparar precios, productos y probando diferentes colchones. Esa será la manera en la que termines escogiendo el que más te guste, aunque tu “adaptación” no sea completa en ese momento.

·       Los colchones deben girarse periódicamente para que duren más tiempo

La mayoría de los colchones que se consiguen en la actualidad son conocidos como modelos de un solo lado. Esto quiere decir que no deben girarse. Sin embargo, algunos modelos sí lo son, y en caso de que te compres sea así, lo recomendable es voltear el colchón cada dos semanas los primeros 6 meses de uso, para luego empezar a hacerlo de forma trimestral. Esto y dormir en diferentes lugares y posiciones en el colchón harán que no haya lugares de la superficie más degradados que otros.

·       Los colchones memory foam se deforman con facilidad

Este es uno de los mitos más extendidos en relación al colchón memory foam. Al estar hechos en un material que se adapta al cuerpo humano en reposo, muchas personas han extendido la idea de que es más sencillo que este tipo de camas pierda su forma y se hundan en poco tiempo.

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Sin embargo, esto no solo no es cierto, sino que es más probable que los tradicionales colchones de resortes, sobre todo si son de mala calidad, se deformen con el paso del tiempo antes que un colchón de memory foam, que está diseñado para “recordar” la forma del cuerpo del usuario.

·       Los colchones más rígidos son mejores para la espalda

Este es otro de los mitos más reproducidos, que indicaría que un colchón más duro evitaría dolores de espalda de la persona que lo usa. Sin embargo, debes tener en cuenta algunas consideraciones, como son el peso de la persona que lo va a usar o las posiciones preferidas para dormir. Además, tiene que ser un modelo que pueda soportar con comodidad cualquier parte del cuerpo, un elemento clave a la hora de relajarse para predisponerse al sueño.

En cuanto a su firmeza, en el mercado podrás encontrarte 3 tipos distintos de colchones, firmeza baja (adaptados al contorno corporal pero sin brindar un soporte uniforme), de firmeza media (alivia dolor en los puntos de presión, con un contorno más adaptado al cuerpo, pero con el mismo nivel de soporte) y colchones de firmeza alta (de soporte más rígido, aunque no adaptado, puede ocasionar dolor en los puntos de presión del cuerpo).

·       El colchón perfecto debe impedir que te muevas mientras duermes

Esto es completamente erróneo, y moverse mientras se duerme es algo que hacen todos los seres humanos prácticamente desde el nacimiento: a partir del cuarto mes, los bebés empiezan a darse vuelta mientras están durmiendo.

Ya sea un pequeño movimiento, un cambio de postura o movimientos con los brazos y las piernas (como el que hacemos al destaparnos) son tan comunes que un adulto puede llegar a hacer hasta 75 movimientos o más durante una noche de sueño. Esto se debe a que nos movemos para liberar los distintos puntos de presión del cuerpo y para aliviar la tensión en la espalda y articulaciones. Lo que sí puede brindar un colchón con buen soporte es alivio a los puntos de presión, lo que hará menos necesario moverse mientras se duerme, facilitando un sueño reparador.

·       Un colchón barato es menos higiénico

Esto no dependerá tanto del material en sí, sino del cuidado que le tenga el usuario. No necesariamente los colchones más económicos van a ser menos higiénicos, cualquier colchón mantenido en condiciones higiénicas. De la misma manera, el precio de un producto no te garantizará que sea más cómodo o de buena calidad, puedes encontrar muchos buenos colchones a precios accesibles, que se adapten a tus necesidades y gustos en cuanto a soporte y comodidad.

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