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Hoy se celebra la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel

Los tres aparecen mencionados en la Sagrada Escritura, cada uno llevando a cabo misiones muy importantes, encomendadas por Dios

Cada 29 de septiembre, la Iglesia celebra la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel.

Sus nombres están grabados en el alma de los cristianos de todos los tiempos en virtud a su grandeza espiritual y al papel que les tocó —y toca— desempeñar en la historia de la Salvación.

Los tres aparecen mencionados en la Sagrada Escritura, cada uno llevando a cabo misiones muy importantes, encomendadas por Dios.

Los nombres de los Arcángeles

“Miguel” en hebreo significa “¡Quién como Dios!”, expresión que evoca la omnipotencia de Dios, así como su amor y justicia infinitas.

San Miguel Arcángel es quien está al mando de los ejércitos celestiales.

Su nombre es el grito de guerra que resuena triunfante en la batalla contra el Adversario, Satanás, y su corte de ángeles caídos.

“Rafael”, por su parte, quiere decir “medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”.

San Rafael es el arcángel amigo de los caminantes y peregrinos; es también el médico de quienes padecen alguna enfermedad.

Por último, “Gabriel” significa “fortaleza de Dios”.

A San Gabriel se le encomendó la misión de anunciar a la Virgen María que ella era la elegida para ser Madre del Salvador.

Dios ha querido revelarnos su poder a través de los Santos Arcángeles

En una de sus homilías en torno al Evangelio, el Papa San Gregorio Magno (c. 540-604), Padre y Doctor de la Iglesia, señala que Dios quiso revelar los nombres personales de estos tres arcángeles como una forma de conocer “cuál es la misión específica para la cual nos son enviados”.

De esa manera, es posible acudir a ellos en situaciones particulares, de acuerdo al poder que Dios le dio a cada uno.

Por eso, el 29 de septiembre de 2017, el Papa Francisco, con ocasión de la festividad que hoy se celebra, afirmó:

“Hoy celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación”.

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Oración a San Rafael Arcángel

Oh, poderoso Príncipe de la gloria San Rafael, llamado medicina de Dios, salud de los enfermos, luz de los ciegos, guía de caminantes, protector de la limosna, del ayuno y de la oración: por aquella caridad con que acompañaste al joven Tobías, te pido, oh, glorioso protector mío, me libres de todos los males y peligros, y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente a puerto de salvación en la eterna.

(Padrenuestro)

Oración a San Gabriel Arcángel

Oh, glorioso Arcángel San Gabriel, llamado fortaleza de Dios, príncipe excelentísimo entre los espíritus angélicos, embajador del Altísimo, que mereciste ser escogido para anunciar a la Santísima Virgen la Encarnación de divino Verbo en sus purísimas entrañas: yo te suplico tengas a bien rogar a Dios por mí, miserable pecador, para que conociendo y adorando este inefable misterio, logre gozar el fruto de la divina redención en la gloria celestial. Amén.

(Padrenuestro)

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Oraciones a San Miguel Arcángel

Oración a San Miguel Arcángel creada por el Papa León XIII

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Oraciones a San Miguel Arcángel II

Oh gloriosísimo Arcángel San Miguel, Príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, guarda de la Iglesia y defensor de las almas, terror y espanto de los infernales espíritus: humildemente te rogamos que nos ampare tu favor, tu fortaleza nos defienda y tu virtud nos esfuerce en todos los días de nuestra vida y, especialmente, en el trance terrible de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti libres de toda culpa ante la Divina Majestad.

V/ Oh, glorioso Príncipe San Miguel, acuérdate de rogar por nosotros al Hijo de Dios, ahora y siempre.

R/ Para que seamos dignos de sus promesas.

 

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