Después de 12 años y medio de separación familiar, Emma Sánchez, activista de Dreamers Moms Tijuana-USA fue reunificada con su familia en Vista, California.
Desde el año 2006, los hijos de Emma Sánchez pidieron a Santa Claus un regalo muy especial: tener a su mamá de regreso en casa. Un regalo que esperaron pacientemente durante 12 años y medio.
El camino de una madre deportada
Como lo dimos a conocer en Conexión Migrante, fue en 2006 que Emma Sánchez, de profesión artista plástica y técnica dental, fue deportada a México. Luego de haber vivido en el condado de San Diego, California en situación de indocumentada.
Cuando el esposo de Emma Sánchez, el veterano Michael Paulsen solicitó la residencia de Emma, ambos acudieron al consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Lo que parecía un simple trámite se convirtió en “una verdadera tortura emocional”.
Ahí, Emma fue notificada que las autoridades migratorias la sancionarían por haber ingresado al país sin documentos. Le aplicaron la “Ley 96 de Clinton” con un castigo de 10 años.
A pesar de haber formado una familia con el veterano de la Marina Michael Paulsen con quien tuvo tres hijos: Alex (17 años), Ryan (15 años) y Liam (12 años), las súplicas de la familia fueron en vano porque las autoridades ya habían fallado.
La familia de Emma superó un tortuoso camino de depresiones y momentos difíciles en los que estuvo a punto de desmoronarse. Como cuando en 2013 le practicaron a Michael Paulsen, su esposo, una operación a corazón abierto.
A pesar de la desesperación, Emma no intentó cruzar. Fue paciente. Soportó la incertidumbre desde México. Por fortuna su esposo libró la batalla.
La reunificación de Emma revive la esperanza
Al cumplir los 10 años de castigo, más dos de trámites burocráticos, Emma fue reunificada con su esposo y sus tres hijos el pasado 8 de diciembre de 2018.
El 7 de diciembre de 2018, el abogado Jesús Grijalva notificó a Emma que su pasaporte estaba listo. El sábado 8 de diciembre, a primera hora, Emma partió a cumplir su destino:
“El oficial de migración, después de tomar mis datos y escanearme el iris, me dio la bienvenida y me felicitó dos veces”, cuenta.
Antes de llegar a su casa en Vista, California, al norte de San Diego, visitó una iglesia para dar gracias a dios.
En su casa la esperaba su madre, su hermana, su esposo y sus tres hijos entre globos y carteles con frases y palabras: “Emma. Tu Familia. Te esperamos. Con amor. Llegaste. Eres libre.”
El caso de Emma, revive la esperanza de más madres que esperan ser reunificadas con sus familias.
Entrar por la puerta grande
Ahora Emma tiene su pasaporte con visa de residente permanente y alrededor de mayo de 2019 recibirá su “green card”. Ahora puede entrar y salir libremente de Estados Unidos las veces que ella quiera.
En entrevista con Conexión Migrante vía video llamada de Facebook, Emma Sánchez, originaria de Guadalajara, Jalisco, cree que su reunificación significa el cumplimiento de “un sueño divino” y del deseo de unos niños que durante 12 Navidades soñaron con tener a su mamá en casa.
Para que el sueño se cumpliera, Emma tuvo que acudir a varias citas al consulado de Ciudad Juárez donde se le tomaron sus huellas dactilares, se enfrentó a entrevistas, a exámenes médicos, a pruebas de vista, a análisis de sangre, a tomas de radiografías, escaneo de iris y a pagar dos perdones de 930 dólares cada uno y 220 dólares por la “green card”.
“Las personas que vayan a realizar este trámite deben tomar en cuenta que es un trámite costoso. Solo por la entrevista te cobran alrededor de 300 dólares”, explica.
“Ha sido un sacrificio muy grande el que hemos hecho. Los americano de la iglesia me recibieron con muchos aplausos porque logré entrar por la puerta grande”.
“Todo este tiempo, mi esposo hizo un gran trabajo al tomar el rol de mamá y papá. Todas las semanas, en estos 12 años, manejó a Tijuana para llevarme a mis hijos. Su desgaste físico es muy notorio”.
“Estamos en quiebra económica pero no importa porque está Navidad la pasaremos en familia después de 12 años y medio de separación”, detalla.
El tiempo no se recupera
Emma pide a las madres que están separadas de sus familias que conviertan el dolor en fortaleza, mantener la mente ocupada: tejer, hacer activismo, escribir, ir a terapia, llorar pero sin caer en la derrota y sostenerse en Dreamers Moms Tijuana-USA que dirige Yolanda Varona.
“Me volví activista porque no quiero que ninguna otra madre sufra lo que yo sufrí ni que otros niños tengan que crecer sin su mamá”.
“El tiempo no se recupera, mis hijos crecerán con esta herida. Sin embargo, de aquí para adelante trabajaré para fortalecerlos”.
Las políticas migratorias
Sobre el caso mexicano, Emma tiene esperanza en el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Yo le pido que atienda a las mamás deportadas y que modifique la ley para que a los niños nacidos en Estados Unidos no se les niegue la atención en centros de salud en México”.
“Aquí en Estados Unidos Donald Trump no será eterno. En el futuro llegará un presidente sensible a la migración gracias al trabajo de activistas y congresistas que han trabajo este tema desde antes de las políticas racistas del gobierno actual”.
“Le pido a los dos países que tomen en cuenta que el encuentro de las dos culturas porque no empobrece sino que enriquece”.