En noviembre, por primera vez, Amal pisó suelo mexicano. Tijuana sería la primera ciudad que visitaría para comenzar su recorrido por todo el país. El 16 de noviembre llegó a la Ciudad de México. Desde 2021, Amal, quien representa a una niña refugiada siria de 10 años, comenzó a recorrer diferentes países en el mundo trayendo consigo un mensaje por la niñez y la adolescencia migrante y con necesidades de protección.
Amal llegó a México en un momento importante para la niñez y la adolescencia migrante. Su mensaje es claro: esperanza, tolerancia y solidaridad hacia las miles de niñas, niños y adolescentes que son forzados a salir de su país a causa de la violencia, las guerras, la persecución y en busca de reunificación familiar.
Aunque desde 2014 contamos con una Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y, en 2020, su armonización con la Ley de Migración y la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político estableció la no detención de la niñez, la adolescencia y sus familias, éstas, al igual que las devoluciones a sus países de origen, continúan. Datos de la Unidad de Política Migratoria señalan que de enero a noviembre de 2023 se registraron 105,110 eventos de detención de niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años, 46% mujeres y 54% hombres. Un incremento del 70% con respecto al mismo periodo de tiempo de 2022 (61,909). Las principales nacionalidades de la niñez que viaja acompañada son Honduras, Haití, Brasil, Chile y Guatemala; mientras que aquella que viaja sin compañía provienen de El Salvador y Cuba, principalmente. Los datos nos muestran el reto de las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes de establecer Planes de Restitución de Derechos que pongan en el centro el interés superior de la niñez, y que garantice el pleno ejercicio, respeto, protección y promoción de sus derechos humanos.
Las niñas, niños y adolescentes migrantes, en su mayoría, siguen expuestos a un retorno asistido sin que su opinión y sus circunstancias se tomen en cuenta, volviéndose una práctica sistemática del Instituto Nacional de Migración (INM), instancia que sigue decidiendo el destino de la niñez y la adolescencia migrante. Por su parte, algunas Procuradurías de Protección simulan realizar evaluaciones individuales, que en su mayoría terminan en la devolución de niñas, niños y adolescentes sin importar que su vida corra peligro. El Estado mexicano aún está lejos de garantizar el interés superior de la niñez y de eliminar por completo la detención de esta población.
En 2024 se cumplen diez años de la promulgación de la Ley General de los Derecho de Niñas, Niños y Adolescentes y dos años de sus reformas, un gran avance y cambio de paradigma para la protección de la niñez y la adolescencia, sin embargo, aún sigue siendo un desafío su implementación. Es urgente que el INM, las Procuradurías de Protección y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias realmente implementen una coordinación eficiente para canalizar de manera inmediata a la niñez y la adolescencia a espacios adecuados, en donde pueda ser evaluado su interés superior y tengan acceso a procesos de protección especial o protección internacional, y no se siga por regla el retorno a sus países de origen.
En este escenario, la visita de Amal fue importante, no sólo porque representa la vida de millones de niñas, niños y adolescentes migrantes, desplazados y refugiados en México y el mundo, sino porque obligó al Estado mexicano a mirar sus prácticas migratorias de contención, contrarias a la legislación nacional y los acuerdos internacionales. Esperamos que el mensaje de Amal también haya llegado a la población mexicana, porque antes que migrantes son niñas y niños.