Lizbeth Sánchez Olivera es el nombre de la mexicana que llegó a Estados Unidos cuando tenía 3 años, de forma indocumentada; 31 años después y de pasar muchos obstáculos, la mexicana logró obtener un doctorado en aquel país.
Olivera obtuvo su doctorado en investigación biomédica y traslacional en el Hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles. Pero realizar este logro no fue nada sencillo, sin embargo lo logró.
Así empezó la historia de Lizbeth Sánchez Olivera
Los padres de la mexicana llevaron a Lizbeth de 3 años y a su hermana de 8 años hacia Estados Unidos, ellos entraron a aquel país de manera indocumentada, ingresaron del lado del barrio Koreatown de Los Ángeles en el año 1993.
La mexicana cuenta que tuvieron que abandonar México porque en aquel año la tasa de criminalidad en el país estaba a tope, menciona que todos los días se despertaban con la noticia de que alguien había fallecido a causa del crimen organizado.
Además la pobreza que vivían era mucha, pues compartían casa con otras tres personas, ella y su hermana, dormían en el suelo.
¿Cómo comenzó a interesarse en la ciencia?
Su primer acercamiento a esta rama fue cuando Lizbeth acompañó a su mamá al médico, pues su madre padece de reumas; fue ahí que comenzó su curiosidad, la reumatóloga se dio cuenta de esto y cada que la pequeña acompañaba a sus madre a consulta, ella alentaba a la mexicana para que se interesara aún más.
La mexicana recuerda que en ese momento ella pensó: “sabía que quería estar en el sistema de salud de alguna manera”.
Barreras en EU, pero no fueron un impedimento para Lizbeth Sánchez Olivera
Ya en Estados Unidos, la joven comenzó a realizar de todo para poder cumplir sus sueño, terminó la escuela secundaria con reconocimiento honorífico.
Cuando llegó la hora de inscribirse a la universidad fue cuando los obstáculos comenzaron a salir, pues estudiar la superior en EU es caro y ella no sabía cómo iba a hacerlo.
Y no solo el dinero, pues al no contar con papeles también la frenaba, ya que ella quedaba en las universidades, pero no podía inscribirse por la falta de ellos.
Al ver esto, sus padres ya estaban perdiendo la esperanza y le decían a Lizbeth que mejor escogiera otro camino, como emprender un negocio o trabajar en otra cosa, sin embargo Lizbeth no desistió.
Mucho esfuerzo para lograr su sueño
La joven mexicana trabajó limpiando casas y alfombras, los fines de semana trabajaba en un local de comida, estudiaba cuando tenía tiempo, pero nunca lo dejaba, todos los día se levantaba a las 4 de la mañana.
Tuvo que tomarse algunos semestres para continuar trabajando y esto se le sumó la enfermedad de su mamá, pues en 2011 empeoró y la mayoría del dinero que entraba a la casa era para la enfermedad.
La joven comenta que por un momento si paso por su mente el abandonar todo, sin embargo, no lo hizo y continuó adelante.
DACA un apoyo para la mexicana
Llegó el año 2012 y fue cuando una luz llegó a su vida, pues ella pudo ingresar al programa de Acción Diferida DACA, con el que pudo obtener un permiso de trabajo y continuar estudiando.
Y con este permiso, en 2015 logró realizar una pasantía en el laboratorio de Cingolani, en el Hospital Cedars-Sinai.
Olivera finalmente consiguió un empleo de tiempo completo como técnico y después de 10 años de ética de trabajo incansable, semestres diferidos y perseverancia, en 2020 obtuvo su licenciatura.
Y no solo eso, también logró ser la autora principal de un estudio en una prestigiosa revista médica, Cell Reports Medicine.
Cuando Olivera les dijo a sus padres que iba a realizar su doctorado en Cedars-Sinai, le respondieron: “Mija, ¿Cómo vas a pagar esto?“
A lo que la mexicana solo respondió: “mamá, no tengo que pagar por eso. Recibo un estipendio”. “¡Es DACA! ¡Me van a pagar!”.
En ese momento, cuenta que todos lloraron.
Con información de abc News