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Así nació la devoción a San Lorenzo en la frontera de México y Estados Unidos

La devoción a San Lorenzo, el diácono mártir del siglo III, echó raíces en la frontera de México y Estados Unidos hace más de 300 años.

Actualmente, este santo es considerado uno de los patronos, junto a Nuestra Señora de Guadalupe, de la Diócesis de Ciudad Juárez, en la frontera de México y Estados Unidos.

Su fiesta se celebra cada 10 de agosto. El templo dedicado al santo es visitado por cientos de devotos de distintas partes de México y de Estados Unidos.

Además, San Lorenzo es patrono de los bibliotecarios, cocineros, comediantes, curtidores, estudiantes y mineros.

El templo fue cerrado por la pandemia de covid-19, pero desde el 2021 se realizan misas y se permite la visita a la figura que se encuentra en el templo.

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Historia del patrono de Ciudad Juárez

La celebración data de hace más de 300 años. Su figura llegó a América en 1595, tras la colonización de lo que hoy son los territorios de Nuevo México, Chihuahua y Texas.

Fue en 1680, cuando el indio Popé encabezó, el 10 de agosto, la rebelión de los grupos indígenas que obligó a los españoles a huir.

Los sobrevivientes huyeron hacia Santa Fe, Pueblo de Isleta y a Paso del Norte (actual Ciudad Juárez) con las pocas cosas que pudieron rescatar. 

Se calcula que en esa batalla fallecieron alrededor de 400 personas.

Entre las pocas cosas que pudieron rescatar, llevaron una imagen de San Lorenzo originaria de España, que intensificó la devoción por el santo.

Con el tiempo se movieron de Paso del Norte, un par de kilómetros hacía el Río Bravo, donde fundaron un poblado que bautizaron como San Lorenzo.

La pequeña imagen de San Lorenzo que se conserva actualmente en el santuario sería aquella que lograron rescatar los españoles tras la rebelión indígena.

Oración a San Lorenzo

Señor Dios: Tú le concediste a este mártir un valor impresionante 
para soportar sufrimientos por tu amor, y una generosidad
 total en favor de los necesitados. Haz que esas dos cualidades 
las sigamos teniendo todos en tu Santa Iglesia: 
generosidad inmensa para repartir nuestros bienes entre los pobres, 
y constancia heroica para soportar los males y 
dolores que tú permites que nos lleguen.
 
Amén
 
Puedes consultar más detalles sobre su historia en el siguiente enlace.
 
Con información de Aciprensa. 

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