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El tiempo fuera bien aplicado mejora el comportamiento de los niños

Niña en exterior Pixabay
Los psicólogos recomiendan a los padres, tutores y cuidadores habituales aplicar la técnica del tiempo fuera, apropiada para niños de entre 2 y 5 años. | Este artículo fue escrito originalmente por Lucy (Kathleen) McGoron y publicado en The Conversation

Debido a la pandemia provocada por el coronavirus Covid-19, la mayoría de los padres pasan más tiempo de lo habitual con los niños, por lo que necesitan más que nunca que la disciplina en casa funcione. Afortunadamente, existen algunas técnicas que pueden ser muy efectivas.

Como psicóloga del desarrollo considero que cualquier persona que eduque a niños pequeños debe aprender a aplicar el “tiempo fuera”.

Esta técnica de modificación del comportamiento es una de las mejores estrategias para erradicar las conductas frustrantes en el niño, como:

  • Que no escuche
  • Trasgreda las normas familiares
  • Actúe de manera agresiva.

Información incorrecta e incompleta

Desde la década de 1960, los psicólogos recomiendan a los padres, tutores y cuidadores habituales aplicar la técnica del tiempo fuera, apropiada para niños de entre 2 y 5 años.

Para su aplicación, los padres o tutores deben sentar a su hijo en silencio en un sitio tranquilo y no prestarle atención durante un breve período de tiempo hasta que se calme.

La técnica del tiempo fuera tiene como objetivo erradicar las malas conductas y evitar que el niño las repita en el futuro.

Los investigadores han comprobado que el tiempo fuera suele funcionar bien, siempre que los padres y cuidadores primarios sigan cinco pasos específicos.

El problema es que gran parte de la información disponible en Internet y a través de otros canales es inexacta o incompleta.

Cuando un equipo de académicos revisó alrededor de 100 sitios web descubrieron que ninguno incluía todos los pasos esenciales. Por tanto, era de esperar que otros investigadores descubrieran que la mayoría de los padres que aplican el tiempo fuera no siguen todos los pasos.

Otro problema es que la técnica del tiempo fuera no es apropiada para erradicar todas las conductas negativas. Funciona mejor en los niños que se comportan de manera agresiva, como cuando rompen cosas o se niegan a seguir órdenes y se ponen en riesgo.

Por ejemplo, podrías aplicar el tiempo fuera si tu hijo agrede a su hermano o hermana.

Sin embargo, las rabietas, los llantos y las contestaciones no son motivo suficiente para aplicar esta técnica.

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En estos casos los padres deben probar otras estrategias, como ignorar el comportamiento del niño.

Además, no es recomendable aplicar esta técnica en el colegio, pues existen otras estrategias que funcionan mejor, aunque no hay investigaciones concluyentes en este sentido.

¿Qué es lo que se recomienda con el tiempo fuera?

En lugar de usar el tiempo fuera cada vez que un niño actúa de manera negativa, los adultos deben probar otras técnicas, como ignorar el mal comportamiento y valorar si pueden mejorar su reacción ante una mala conducta.

También es importante estar atentos a los buenos comportamientos infantiles y elogiar a los niños por todo lo que hacen bien.

Los niños deben conocer qué tipo de malas conductas conducirán al tiempo fuera, dónde tendrán que estar durante ese tiempo y cuánto durará.

Pasos clave

Se supone que el tiempo fuera es aburrido, no da miedo ni es extremadamente punitivo.

Durante su aplicación los padres deben mantener la calma en todo momento y contarles a los niños solo lo necesario de cada paso.

Por eso, antes de aplicar el tiempo fuera con tu hijo, explícale claramente por qué tiene que hacerlo.

Por ejemplo, puedes decirle: “Has golpeado a tu hermana, por eso vas a hacer el tiempo fuera”.

Luego lleva al niño a la silla de pensar. Recomiendo apostar por un lugar tranquilo y aburrido en lugar de una habitación con muchos juguetes, llena de personas o donde esté encendido un televisor u otro dispositivo que distraiga su atención. Lo ideal es usar una silla robusta de adultos en lugar de una diseñada para niños, ya que las sillas infantiles son más ligeras y los niños pueden empujarlas o incluso lanzarlas cuando están enfadados.

No hay problema si se levantan de la silla, lo cual sucede a menudo. Ante esta situación los padres deben mantener la calma y pedirle al niño que regrese a la silla.

Es importante tener en cuenta que esto podría suceder más de una vez porque la propia concepción de la técnica radica en que sea aburrida y no todos los niños lidian bien con el aburrimiento.

Los padres, tutores y cuidadores habituales también deben estar atentos a las conductas positivas del niño que quieren que se repitan con más frecuencia y alabar ese comportamiento.

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