La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicó un estudio donde da a conocer los efectos que la pandemia ha tenido sobre los migrantes de México y Centroamérica.
Para dicho estudio, la OIM entrevistó a mil 660 personas. Entre ellas tomó en cuenta a migrantes de Centroamérica y México en el extranjero. También se consideró a habitantes de dichas zonas que tienen la intención de migrar, y a migrantes provenientes de Sudamérica que actualmente se encuentran en esta parte del continente americano.
Según las conclusiones del análisis, la mayor parte de la comunidad migrante en EEUU y en otras partes del mundo ha sido afectada por la pandemia, sobre todo, de forma económica.
Además de eso, el coronavirus también a frustrado los planes de quienes deseaban dejar sus países de origen en busca de mejores oportunidades.
Se posponen las migraciones
De acuerdo con el estudio de la OIM, el 57% de las personas entrevistadas canceló o pospuso sus planes de migrar debido a la pandemia.
En su mayoría, las personas tomaron esta decisión preocupadas por las restricciones de viaje impuestas por los países. Los cierres de fronteras y las cuarentenas en varios países han hecho más difícil que una persona pueda moverse de un lugar a otro.
Sin embargo, las personas no quitan el dedo del renglón. Según se lee en el informe, “estas restricciones parecen sólo haber retrasado posibles migraciones”.
Y es que el 84% de las personas que tenían planeado emigrar piensan hacerlo cuando la situación se estabilice.
En parte, esto se debe a la crisis económica y social que tanto México como Centroamérica están experimentando a causa de la pandemia de coronavirus.
Los migrantes que quieren regresar
Mientras tanto, el 21% de los entrevistados que se encuentran en el extranjero ha declarado que desean volver a sus países de origen.
Entre los principales motivos están el cambio de opinión respecto a la migración, la falta de ingresos, el alto costo de vida en el país donde residen y el desempleo.
No obstante, para la mayoría, la falta de dinero es el principal impedimento para volver a casa. Es por ello que los migrantes esperar reunir la cantidad necesaria para pagar su viaje de regreso.
Por otra parte, el 79% restante de los mexicanos y centroamericanos no desean regresar a sus países, incluso cuando, en el extranjero, sus condiciones de vida se han complicado. En la mayoría de los casos, esto se debe a la inseguridad de sus países.
Otro motivo es el arraigo y los vínculos establecidos en el país de residencia. Estos lazos afectivos hacen que las personas no quieran volver a sus comunidades.
Otra de las razones para no volver es el estatus migratorio regular. Muchos migrantes con ciudadanía o residencia legal se sienten respaldados por su situación migratoria.
Además de esto, las restricciones migratorias y desconocimiento del proceso para volver también juegan un papel importante a la hora de decidir no volver a México o a Centroamérica.
Son pocos los migrantes que no quieren regresar debido a que tienen un buen trabajo en el extranjero.
La pandemia y la crisis económica
El envío de remesas se ha convertido en una de las grandes preocupaciones para la comunidad migrante durante esta época.
Según los datos de la OIM, el 30% de los migrantes entrevistados envían dinero a sus familias en México o Centroamérica desde el extranjero.
Pero, debido a la pandemia, el 82% de quienes envían remesas se han visto obligados a disminuir el apoyo económico a sus familias. Incluso, 7 de cada 10 personas han dejado de enviar remesas por completo. El principal motivo es el desempleo.
La crisis sanitaria ha desencadenado una crisis económica a nivel global. Por esta crisis, 4 de cada 10 migrantes vieron reducida su jornada laboral y su salario. Incluso, el 5% dijo que no ha recibido un salario desde el inicio de la pandemia.
Además, la mitad de los migrantes perdió su empleo por los cierres de negocios o por las medidas de confinamiento impuestas por los centros de trabajo.
Esto afecta principalmente a las mujeres, quienes, desde antes de la pandemia, trabajaban en empleos no remunerados como servicios doméstico o cuidado de adultos mayores.
Alternativas frente al desempleo
Ante la crisis y las preocupaciones económicas, algunos migrantes han decidido recurrir al empleo informal.
El 22% de las personas entrevistadas por al OIM emprendieron un negocio o recurrieron a otras formas de autoempleo luego de perder su empleo. Abrieron negocios de comida o comenzaron a trabajar como mecánicos, albañiles, transportistas, entre otros oficios.
No obstante, frente a estas alternativas, otros han recurrido a fuentes de empleo poco seguras.
De acuerdo con la OIM, de los migrantes mexicanos y centroamericanos desempleados, sólo el 3% ha recurrido a reclutadores o empleadores formales para buscar un nuevo trabajo. Los demás buscan empleo por otros medios como conocidos de sus amigos o de sus familiares.
Esto los pone en riesgo de caer en redes de trata de personas o en centros de trabajo donde sus derechos laborales y humanos no sean respetados.
Aunque al 92% de los migrantes les preocupa esto, reconocen que aun así aceptarían una oferta de trabajo de una fuente informal.
Incluso, 8 de cada 10 personas con la intención de migrar aceptarían un trabajo en el extranjero pese a estos riesgos.
Efectos en la salud
La OIM también ofreció información sobre los efectos de la pandemia en la comunidad migrante.
Según sus datos, sólo el 7% de los migrantes de México y Centroamérica que viven en el extranjero sospechan haber tenido Covid-19.
Sin embargo, estas cifras pueden ser mayores. Esto se debe a que gran parte de los migrantes no se acerca a alguna autoridad o centro de ayuda si presenta síntomas de la enfermedad.
En la mayoría de los casos, el motivo es el temor a deportaciones por tener un estatus migratorio irregular. A esto se suman, además, las barreras del idioma.
Por último, según la organización, 6 de cada 10 migrantes han visto afectada su salud mental por la pandemia. Las principales causas son el temor al contagio, la presión económica, la pérdida de trabajo, la incertidumbre y el aislamiento.