Con el objetivo de buscar mejores condiciones de vida para su familia que vive en Tlaxcala, Omar Cervantes Caricio se animó a cumplir su sueño americano. Han pasado 8 meses y su esposa no sabe si el migrante mexicano su encuentra con vida o no.
“Mi esposo era una persona muy responsable. Si él estuviera vivo o estuviera bien, ya me hubiera hablado o a su mamá”, dijo Laura Muñoz Ahuatzi, esposa de Omar, en entrevista para Conexión Migrante.
Omar Cervantes le pagó mil 500 dólares a una pollera llamada Jessy para poder cruzar la frontera. Partió el 9 de julio de 2019. Al día siguiente, él se comunicó con Laura y le comentó que estaba en un hotel con alrededor de 100 personas.
El último día que hablaron por teléfono fue el 11 de julio y Omar le dijo: “Ya vinieron por mí. Cuida a la niña. Primeramente, Dios todo va a estar bien”.
“Él estaba tranquilo. Tenemos una niña de 10 años y me preguntaba sobre ella. Me decía ya había comido y que la comida estaba muy cara por allá. Era una plática usual. Estaba preocupada porque tenía que cruzar e hidratarse”, aseguró Laura Muñoz.
La pollera Jessy y la conversación con Laura
El 15 de julio, la pollera Jessy habló con Laura y le dijo:
“Él no aguantó y se quedó. No se preocupen, va a tener que comunicarse con ustedes. Migración lo va a capturar y tendrán respuesta. Me hablan cuando se comunique con ustedes”.
Laura intentó comunicarse con Jessy para conocer sobre el paradero de Omar, pero la pollera ya cambió su número de celular. Laura siente que Jessy ya sabía el estado en que iba Omar.
Un cuerpo que podría ser o no de Omar Cervantes
El 24 de julio, la cuñada de Laura le marcó por teléfono a Omar y le respondió un forense. Le informó que tenían un cuerpo y que se dirigieran a las instancias de Tlaxcala.
Laura asistió al Instituto Nacional de Migración (INM) y la mandaron a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Les solicitaron pruebas de ADN para comprobar la identidad de Omar.
“No tenemos la certeza de que mi esposo sea el que encontraron. Lo identificaron porque llevaba una credencial y su teléfono celular, pero como dicen en Relaciones Exteriores, no estamos seguros que sea porque no han hecho las pruebas de ADN y eso se lo comento a mi niña”, confesó Laura.
Laura y su familia hicieron las pruebas de ADN en México y las mandaron en documento, pero las quieren en físico.
“Me dicen que el último caso que ha ocurrido tardó hasta dos años, pero a lo mejor los familiares no han hecho nada para exigir que las pruebas de ADN sean oportunas. Yo no quiero que eso me pase y que no sepa si es mi esposo o no”.
Laura quería sacar una visa humanitaria, pero Secretaría de Relaciones Exteriores le dijo que solamente se aprueba en penas de muerte o en una situación grave de salud.
Este era el recorrido que Omar haría
En una ocasión pasada, Omar ya había cruzado la frontera para trabajar en Estados Unidos.
Esta vez, iba a pasar una persona por él para llevarlo a un hotel en Reynosa, Tamaulipas. Después, cruzaría el Río Bravo nadando. Ese mismo día se iba a quedar en McAllen, Texas. Esperarían a que llegara la noche para cruzar a Houston y de ahí, llevarlo a Nueva York.
“A lo mejor para los polleros es usual que las personas no aguanten y las dejen. No tienen el corazón. A ellos les interesa el dinero”, mencionó Laura.
Estos ocho meses han sido muy tristes y desesperantes porque de cierta manera está sola con su hija.
Si sabes algo puedes ponerte en contacto con Conexión Migrante llamando al +52 1 55 5211 5814 o escribiendo al correo [email protected]. De igual forma, puedes buscarnos a través de nuestras redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.