Las autoridades mexicanas reportaron que de enero a noviembre del 2019 se presentaron más de cinco mil niños migrantes no acompañados, tan solo en la ciudad fronteriza de TIjuana, Baja California, Mexico. Los infantes, con edades en un rango de entre 12 y 17 provienen en su mayoría de Honduras, así como del resto de países centroamericanos. Los cambios en política migratoria hacen particularmente difícil su travesía, sumados a los riesgos que enfrentan en el camino.
Es por esto que se determina que son justamente los menores quienes están expuestos a más riesgos al emprender un viaje migratorio. Muchas veces los infantes no pueden concretar el objetivo de reencontrarse con sus padres o familiares en Estados Unidos. A estos riesgos se suman las condiciones en las que se les mantiene en los centros infantiles. En 2019 murieron por lo menos siete menores en custodia del gobierno de Estados Unidos.
Valeria Ruiz, coordinadora de la red de casas YMCA declaró que los más de 80o niños atendidos encontraron dificultades para solicitar amparo. Esto se agrava por ser menores sin acompañamiento de algún adulto:
“Principalmente en los cambios en la política migratoria, hay bastantes bloqueos para los menores que viajan solos. por ejemplo no pueden hacer sus solicitudes protección en Estados Unidos, aquí es en donde la sociedad civil tiene que coordinarse y buscar diferentes apoyos para que puedan lograrlo”.
Las razones de los niños migrantes reflejan una tendencia similar a las de los adultos, en su gran mayoría huyen de la violencia o condiciones desfavorables. En muchos casos reportan que sus propios padres fueron quienes les enviaron al extranjero para protegerlos de estos riesgos.