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Éxodo centroamericano continuará hasta que se atienda la inseguridad y falta de oportunidades

Tan sólo en el mes de abril, 14 mil 970 migrantes fueron expulsados de México, el éxodo centroamericano continuará hasta que sus derechos humanos se respeten

Aunque miles de personas de Honduras, Guatemala y El Salvador sufren violaciones de sus derechos humanos cada día, el debate público se centra en el tema de asilos en Estado Unidos. Sin embargo, el éxodo continuará hasta que las causas sean atendidas, declaró Alianza Américas.

En Honduras, se realizaron distintas organizaciones en torno a la migración de menores, donde se confirmó que el 20 % de los estudiantes que cursa educación media (de 6° a 8° grado) hace planes para migrar, mientras que el 63 % de los estudiantes que logra terminar la secundaria está considerando migrar a USA y España.

Es evidente la importancia de crear oportunidades y condiciones de seguridad para que los niños y jóvenes puedan quedarse en Honduras.

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De acuerdo con una investigación de El Faro y Vice titulado “Diversoamérica”, los grupos LGBTQ en Centroamérica no solo enfrentan  violaciones a sus derechos, sino también viven siendo perseguidos, tan solo de 2009 a 2017 fueron asesinadas 280 personas LGBTQ. Honduras

Las deportaciones siguen

De acuerdo con la Dirección General de Migración y Extranjería, El Salvador reporta un incremento de deportaciones. Tan solo lo que lleva del 2019, seis mil salvadoreños han sido deportados desde USA, esto significa que han aumentado mil desde el año pasado, representando el 20%.

Para Nayib Bukele, político quien tomará posesión del cargo de presidencia el próximo 1 de junio, debería ser prioridad la atención a la población deportada , distinguiendo entre las necesidades de protección y asistencia para la reintegración de quienes abandonaron el país en el último año o lo hicieron hace varios años.

Refugiados, el rostro del éxodo

El éxodo ha mostrado los distintos rostros de la migración: familias enteras, infancia no acompañada, jóvenes, comunidad LGBTQ, y adultos mayores quienes huyen de las condiciones de inseguridad y precariedad en sus países, quienes buscan empezar la vida en otro país donde les reconozcan su necesidad de protección.

La Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR), aseguró que México recibió en el 2018, 29 mil 647 solicitudes para refugiados, esto significa un incremento del 103 % respecto al año anterior, donde recibió 14,603 solicitudes.

Este aumento ha dejado un rezago importante en la resolución de los casos y ha dejado en la incertidumbre jurídica y de acceso a derechos a miles de personas.

Estas cifras y condiciones reflejan la debilidad del sistema mexicano en materia de asilo, pues no muestran una eficacia para dar respuesta al número de solicitudes hechas. Esto deja ver que es urgente que los organismos internacionales desarrollen la capacidad institucional para el reconocimiento, protección e inclusión de las personas refugiadas.

Se necesita más que tarjetas por razones humanitarias y de visitante regional

Aunque México sigue manteniendo un discurso de apertura a la migración, sus acciones dicen lo contrario. Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), 14 mil 970 personas fueron expulsadas del país sólo en el mes de abril.

Esta práctica se ha intensificado en la medida que el gobierno busca implementar la “migración ordenada”, a través de programas como la expedición de las tarjetas por razones humanitaria y de visitante regional. Pero las personas que no pudieron realizar este trámite, fueron objeto de deportación.

Uno de los ejemplos claros fue la detención de un grupo de 400 personas, a finales del mes de abril, quienes decidieron emprender su viaje hacia USA, sin esperar la tarjeta por razones humanitarias, pues era demasiado tardado.

La entrega de dicho trámite ha sido suspendida, y el gobierno apuesta por la entrega de tarjetas de visitante regional, la cual, sólo permitirá la movilidad en cinco estados del sureste del país, estos lugares presentan un alto índice de desempleo, y niveles de pobreza.

Sería otra tragedia si las personas que huyen de la persecución en Centroamérica terminen siendo la fuente de mano de obra barata y maltratada para mega proyectos en México. Hay que señalar que el salario mínimo de México es uno de los más bajos en América Latina.

Con información de Alianza Americas

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