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“¿Habrá gente de buen corazón que me quiera ayudar?”

Gonzalo Cruz sentado con una playera de México
A causa del coronavirus, este migrante emprendedor busca gente que lo quiera ayudar en su recolecta de fondos para sacar adelante su negocio en EEUU.

Gonzalo Cruz tiene sangre de emprendedor. Tomó riesgos y la vida le pintaba bien hasta que la vida se detuvo en Louisville. Ahora recolecta fondos para sacar adelante a su negocio.

Algunos lo criticaron; otros le dijeron que era muy arriesgado. Claramente, emprender no es una tarea fácil y ser empresario implica asumir muchas responsabilidades.

Gonzalo Cruz tiene 33 años y dejó Oaxaca un día del 2012 para establecerse en Louisville, la ciudad más grande de Kentucky, pero aún está indocumentado.

 “La pobreza que hay en mi región es mucha, así que me vine (a Estados Unidos) con la idea de hacer algo propio. Algo que pueda beneficiarme a mí, a mi familia y que me permita ayudar a la gente que vive con tanta pobreza en Oaxaca”.

Llegó a Estados Unidos con todo el deseo de trabajar. Su primer empleo en el gabacho fue en una panadería laborando de 6 am a 6 pm, y casi sin tiempo para comer.

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Su jefe era hispano. Un día, Gonzalo terminó su turno y tomó un pan. Su superior lo humilló, pensó que lo había robado y lo obligó a pagar de su propia bolsa. Así que tomó la decisión de renunciar.

“Ese día supe que quería tener algo propio y que nunca trataría así a mis empleados”.

Una semana después, empezó como subchef en un restaurante. Durante 6 años, trabajó doble turno y empezó a ahorrar. Este trabajo le permitió también aprender cómo funciona un restaurante en lo operativo y lo administrativo.

Regresar a México

Gonzalo se dio un plazo para emprender: si en diciembre de 2018 no encontraba un local para habilitarlo como restaurante, se regresaba a México.

“Me encontré un restaurante en malas condiciones, pero tenía tantas ganas de hacer algo que lo tomé enseguida. Invertí ahí todos mis ahorros y pedí préstamos entre mis amistades”.

Al montar su negocio decidió que sería un restaurante de comida típica mexicana que demostraría que la cocina de su país no solo son frijoles y arroz.

Así, el 18 de noviembre de 2018, abrió sus puertas Chilakiles mexican breakfast, brunch and dinner con una plantilla exclusivamente conformada por empleados latinos. Le fue tan bien que en 2019 se publicaron algunos artículos sobre su negocio en periódicos y revistas.

Las mesas estaban llenas y los clientes, felices.

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Publicada por Chilakiles Restaurant en Lunes, 20 de abril de 2020

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Las deudas más el coronavirus

Los cálculos de Gonzalo apuntaban hacia mayo del 2020 como el mes en el que habría terminado de pagar deudas. Pero la pandemia del nuevo coronavirus no estaba en sus planes.

“Sentí fuertemente el impacto de ser (dueño de) un restaurante nuevo y de no tener fondos suficientes para cubrir los gastos. Ha sido muy difícil, me siento impotente porque tengo encima una deuda que no pienso que podré pagar pronto. Es mucho dinero, es una inversión que equivale a todos mis ahorros más los de mi hermano. Si quiebro, voy a quedar más pobre de lo que estaba en mi rancho en Oaxaca”, narra a Conexión Migrante desalentado.

Resistió al inicio de la epidemia realizando entregas para llevar.

“Estuve así casi el mes, pero decidí cerrar porque me llegó una cuenta de electricidad altísima, como si estuviera trabajando con normalidad a pesar de no tener encendido lo que tengo normalmente cuando el restaurante está abierto”.

Gonzalo dice que la última semana que trabajó obtenía entre 60 y 79 dólares por día, muy poco para los gastos que debía solventar. Así que el domingo 6 de abril, cerró sus puertas el restaurante.

Publicada por Chilakiles Restaurant en Viernes, 8 de febrero de 2019

Hoy, las deudas los compromisos financieros lo rebasan.

“Tengo una deuda de casi 18 mil dólares, pero hay que pagar alquiler y otras facturas. Cuando todo esto termine mi deuda será como de 40 mil dólares”, estima.

Iniciando una campaña de recolección de fondos

El futuro luce difícil, pero el migrante oaxaqueño aún no se da por vencido por completo. Se puso a leer sobre finanzas, se encontró con el sitio llamado gofoundme.com y decidió crear una campaña para pedir apoyo.

“¿Habrá acaso personas de buen corazón que me quieran ayudar con la situación por la que estoy pasando?”, me dije, y en menos de la hora en que me inscribí, me habían depositado 100 dólares”.

Gonzalo sigue en el empeño de conservar su restaurante porque la esperanza es lo último que muere.

Chilakilestime

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Publicada por Chilakiles Restaurant en Sábado, 30 de noviembre de 2019

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