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28 de marzo de 2024 | Dolar:$16.53

“Los migrantes no tienen ahorros y las cuentas se acumulan”

"Gracias a Dios no tenemos hijos, pero sigo buscando alternativas de ingresos porque ahora mismo no hay nada de trabajo”, comenta Lula

Lula tiene 40 años, es una migrante indocumentada que hasta hace poco vivía con relativa tranquilidad en la ciudad de Houston, Texas. Como muchos otros mexicanos, carece de papeles para trabajar en Estados Unidos. No es lo ideal, y lo sabe, pero se las arreglaba para ganarse la vida en el mercado de los bienes raíces hasta que llegó el coronavirus.

El trabajo de Lula consistía, desde hace dos años, en buscar gangas inmobiliarias, perlas raras que con un poco de dinero y trabajo se convirtieran en inversiones rentables para el comprador.

Lula accede a contar a Conexión Migrante cómo le cambió la vida la pandemia, pero sin revelar su verdadero nombre debido a su situación migratoria.

“Hasta hace poco, mi trabajo era identificar opciones inmobiliarias interesantes y luego me ocupaba del marketing, es decir, publicaba fotos en las redes sociales y contestaba los comentarios que llegaban. Si alguien estaba interesado en comprar una casa, lo contactaba con mi esposo, quien sí es agente inmobiliario formal y puede además gestionar créditos para los clientes”.

Hoy, confinados

En Houston, Texas, se registraron 5,200 casos de contagio y 72 muertes por coronavirus hasta el cierre de marzo.

La pareja actúa con responsabilidad y está cuarentena desde el 16 de marzo. Compraron despensa para dos meses, pero la comida fresca ya se terminó, Lula sabe que debe salir a comprar más pero no quiere. Tiene tanto miedo de contagiarse como lo tiene de ser incapaz de seguir adelante financieramente.

“Ahora estamos aquí adentro. Gracias a Dios no tenemos hijos, pero sigo buscando alternativas de ingresos porque ahora mismo no hay nada de trabajo”.

Su esposo sigue con el negocio de los préstamos desde casa, pero de cinco llamadas diarias que recibía de interesados potenciales en un crédito, ahora solo tiene una o dos.

“Obviamente, eso nos va a perjudicar en el futuro cercano”, dice Lula con desaliento.

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Ella ha puesto la mira ahora en las compañías de multinivel y en una compañía de software que ayuda a la gente a mejorar sus finanzas para reducir sus deudas. Pronto tomará una capacitación en línea.

Las cuentas siguen acumulándose: Lula

Con ahorros del pasado realizados, Lula y su marido compraron una casita que tienen en alquiler. Sus inquilinos les han anunciado que están sin trabajo y que no podrán pagar la renta.

 “Aquí la mayoría de la gente no tiene ahorros. Todas las personas que conozco que trabajan para compañías, y ya las despidieron. A una le redujeron en número de horas de trabajo y, para todos, las cuentas siguen acumulándose”, dice Lula.

Durante las primeras semanas de la pandemia, veía y leía noticias sobre Covid-19. Incluso, llegó a sentir los síntomas del coronavirus, pero no pasó a mayores.

“Creo que me duele la cabeza por el estrés de pensar en lo que va a pasar”, reflexiona.

Su familia en México toma pocas precauciones, no les preocupa el coronavirus. Pero tiene una prima en Italia que ha conocido los estragos de cerca y sí guarda cuarentena.

“El coronavirus nos va a perjudicar a todos. Me preocupa que lleguemos a estar como Italia, España o China. Habrá muchas muertes y no dudo que esto se resuelva antes de seis meses”, añade.

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