Los gobiernos de los países latinoamericanos expulsores de personas organizaron una cumbre más para firmar más acuerdos que están alejados de la realidad de las personas migrantes que quieren llegar a Estados Unidos.
Sus discursos son repetitivos y huecos: “luchar por una “migración ordenada y segura”, cuando las personas siguen cruzando el tapón del Darién y luego México, enfrentando peligros, extorsiones, secuestros y falta de servicios básicos en el camino.
“No pareces mexicano”
En México, particularmente, muchos migrantes se enfrentan a perfilamientos raciales cuando las autoridades migratorias y militares hacen revisiones, que por cierto son inconstitucionales.
A inicios de octubre, el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI) logró obtener una suspensión de un Tribunal colegiado para que las líneas de autobuses privadas no pidan documentos migratorios cuando una persona va a comprar un boleto para viajar.
Desde el 2021, el gobierno y los transportistas privados se pusieron de acuerdo para obligar a las personas a probar su estatus migratorio para poder adquirir un boleto de autobús. Así, sin una ley que permitiera estos abusos.
Y quizá, lo que los funcionarios no saben es que poner estas barreras a la movilidad lo único que hacen es aumentar los riesgos y peligros de los migrantes, no frenar el proceso.
Ahora será fundamental difundir estas resolución judicial para que quienes vayan cruzando México sepan que tienen derechos y cómo defenderlos.
Visas para todos
Unos días después de la suspensión lograda por el IMUMI, el gobierno mexicano anunció que desde el 22 de octubre, sin importar el lugar de destino o si solo hace una escala, si eres extranjero y tu avión planea aterrizar en México debes tramitar una visa de turista mexicana para poder abordar tu vuelo.
Eso sí, hay algunas excepciones que no necesitan visado: ciudadanos de Canadá, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Irlanda del Norte, países que integran el Espacio Schengen y países miembros de la Alianza del Pacífico, como Chile y Perú. Curiosamente ninguno de estos países es expulsor de migrantes.
Así, México es, de facto, la frontera extraterritorial de Estados Unidos. Les hacemos el trabajo sucio, a costa de los derechos y la seguridad de las personas en movilidad.
La migración no se frena ni se detiene; es un fenómeno que la humanidad ha vivido siempre, pero nunca en las condiciones tan terribles que estamos viendo ahora en todo el mundo.
