Kareem Ernesto Leiva y Heather Maxine Barron recibieron una sentencia de cadena perpetua por el asesinato de Anthony Ávalos, un menor de 10 años que falleció en 2018
De acuerdo con lo dicho por el juez, ambos adultos participaron en el abuso físico al menor:
“Trabajó en conjunto para privar a Anthony del acceso a líquidos durante un período considerable de tiempo, lo que provocó una deshidratación severa”
La sentencia por el asesinato
El juez de la Corte Superior Sam Ohta encontró a los dos culpables de asesinato en primer grado y tortura en un juicio sin jurado después de que los dos renunciaron a su derecho a que un jurado escuchara el caso.
De acuerdo con la autoridad, no se llamó a las autoridades hasta que el niño murió:
“La condición del cuerpo de Anthony, que muestra múltiples hematomas, cortes, las posibles marcas de quemaduras en todo su cuerpo muestran la tortura extrema causada por el tratamiento combinado de Anthony por parte de ambos acusados que manifiestan la intención de matar por parte de cada acusado”
Otro agravante fue que intentaron engañar a las autoridades los acusados dijeron que Anthony resultó herido después de tirarse al suelo.
¿Quién era Anthony Ávalos?
Anthony era un niño de 10 años. El siete de junio de 2018 terminó el cuarto grado, sin saber lo que le esperaría durante las siguientes dos semanas.
Tanto su madre como su padrastro lo sometieron a lo que las autoridades llamaron “abuso infantil grave”.
Entre las torturas a las que sometían a Anthony estaba obligarlo a arrodillarse en arroz crudo, frotarle la cara en la alfombra orinada, pegarle con un cable, pelear con sus otros dos hermanos y aguantar largos períodos sin comer o tomar agua.
Las autoridades comentaron que uno de los últimos castigos fue sujetarlo del cuelo contra la pared hasta que quedó inconsciente y fue arrojado al piso.
Después de encontrase dos días inmovil en el piso, la madre de Anthony llamó a los servicios de emergencia porque el menor no se movía.
El 21 de junio fue declarado muerto a pesar de que los servicios de emergencia acudieron al llamado.
Las causas de muerte fueron deshidratación severa, inanición, lesiones por las dos semanas de tortura, no haber sido llevado al hospital y un traumatismo contundente en la cabeza.
