Francisco Ramírez abandonó la “ciudad podrida” en la que vivía hace 27 años. Se refiere a la Ciudad de México, en dónde nació. Cruzó la frontera en 1993 con la esperanza de salir adelante y de vivir el sueño americano que persiguen tantos migrantes.
Ahora tiene 52 años, vive en Brooklyn, Nueva York, y se dedica a la construcción.
Trabaja en este oficio desde los 12 años, cuándo se iba a laborar con su padre, quien también era albañil en México.
En Estados Unidos, Francisco se dedica sobre todo a la remodelación de interiores y a la pintura.
Como a todos los migrantes, la pandemia le cambió la vida, pero en su caso, reforzó su espíritu de ayuda, narra a Conexión Migrante.
El coronavirus es cosa seria
“He visto de todo. No soy una persona que se espanta tan fácil”, dice Francisco, pero admite estar profundamente preocupado por la pandemia de Coronavirus que azota Nueva York desde hace algunas semanas. Para contrarrestar sus efectos, decidió concentrarse en ayudar a los migrantes contagiados.
Francisco y algunos amigos conformaron el grupo llamado “The Mexicans Brown Panthers”, quienes se dieron a la tarea de solicitar apoyo a través de su página en Facebook “CORONAVIRUS NY 2020”. Recolectan arroz, verduras y todo tipo de donaciones que les permitirán comprar lo necesario para armar despensas que luego dejan en la puerta de la casa de los migrantes enfermos de COVID-19 que, debido a la estricta cuarentena que deben seguir, no pueden salir a comprar alimentos.
Francisco Ramírez explica que el coronavirus ya ha cobrado la vida de algunos de sus amigos y conocidos.
Pero también conoce gente que libró la batalla y que se ha recuperado. Entre los activistas que reparten las despensas ya hay alguno que presentó síntomas. Por ello, por precaución, mientras se confirma si está enfermo o no, dejó esta tarea. Los demás se mantienen sanos y toman todas las medidas de higiene necesarias para la recolección de productos, el armado de las despensas y las entregas se hacen sin contacto físico, depositándolas en las puertas de las familias.
“Seguiré ayudando a mis hermanos migrantes. Le tengo respeto al coronavirus, pero no miedo. Sé que mata gente, pero estoy bien aquí, así que tampoco me regresaría a México por esta causa. Mi vida está aquí en NY”, dice.
En lo laboral, confirma, la pandemia lo dejó sin trabajo en la construcción por el momento. Durante el invierno se reduce el trabajo cada año, pero el final del periodo invernal se juntó este año con el inicio de la pandemia y no ha podido trabajar desde mediados de enero. Pero el no tener que pagar renta en este momento, gracias a la moratoria que otorgó la ciudad, le permitirá sobrevivir tres meses más con sus ahorros.
Influencia Zapatista
Francisco Ramírez es un migrante polémico al interior de la comunidad latina en Nueva York. Ha participado en las marchas a favor de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero es mejor recordado porque en 2017, cuestionó fuertemente a Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) durante un mitin del tabasqueño en NY.
Esto le valió, según el propio Ramírez, que en 2019 le negaran el acceso a un foro entre migrantes y Roberto Valdovinos, entonces titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), quien fuera destituido de su cargo a principios de este año.
Algunos lo cuestionan, pero otros reconocen su compromiso con la comunidad. Además de la actual entrega de despensas a enfermos de Covid-19, el año pasado lanzó un proyecto para promover la lectura gratuita para migrantes a través de la creación de una “banca biblioteca” en dónde colocaba libros para que los migrantes fueran por ellos para su lectura y los regresaran posteriormente.
“Me gustan las luchas sociales desde que estaba en el CCH en México (bachillerato). Soy una persona socialmente despierta y critica del sistema”, dice.
Es entusiasta seguidor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y considera que las luchas sociales no son en vano, en un cuarto de siglo ha podido observar un gran avance en derechos laborales de los migrantes irregulares en EEUU, aunque aún hay mucho por hacer.
Francisco admite que está fuertemente influenciado por la forma de organización de los grupos indígenas mexicanos y que su pasatiempos es asistir a las reuniones de organizaciones civiles migrantes de Nueva York en dónde pueden tomarse clases de inglés, de salud financiera e, incluso, talleres contra el abuso laboral.