Solo quedan unos días para intentar sacar adelante algún tipo de reforma migratoria, y los dreamers se convierten en esa última esperanza de cambios.
A inicio de este año se realizó la marcha de Un Día sin Inmigrantes, organizada por varias organizaciones y encabezada por el influencer Carlos Eduardo Espina, quien motivó a miles de personas a salir a las calles para exigir una reforma migratoria para los millones que viven de forma irregular en Estados Unidos.
Aunque los mítines en todo EE.UU. lograron reunir a cientos de miles de personas, las posibilidades de una reforma migratoria poco a poco se fueron esfumando, particularmente por el rechazo de los republicanos y la falta de interés de los demócratas.
Ahora, el camino más cercano y viable es para los dreamers.
¿Cuál es el plan para los dreamers?
Apenas esta semana se logró un acuerdo en el Senado de EE.UU. para darles documentos a 800 mil jóvenes, a cambio de canalizar más de 25 mil millones de dólares adicionales para la seguridad en la frontera, así como ampliar el título 42 o algún mecanismo que sirva para contener la migración en la frontera con México.
Las posibilidades son pocas, pero los activistas, organizaciones y muchos legisladores no dejan de insistir en lo vital de esta decisión.
El programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, (DACA) inició con Barack Obama y desde 2012 ofrece protección temporal a unos 830 mil jóvenes, la mayoría de ellos mexicanos, que llegaron como niños indocumentados a Estados Unidos con sus padres.
A lo largo de los últimos años, DACA ha estado permanentemente en las cortes, y por el momento no se pueden autorizar nuevas solicitudes, pero si renovaciones de quienes ya están inscritos.
Sin embargo, el tiempo apremia para lograr un acuerdo.
En enero el panorama cambiará. Los republicanos tendrán mayoría en la Cámara de Representantes y ya amenazaron con no pasar ningún tipo de reforma migratoria