El Instituto Nacional de Migración (INM) presumió el rescate de 70 migrantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en un hotel del estado de Oaxaca, pero por esa cantidad de migrantes puso a disposición de la FGR a un solo hombre como presunto responsable del delito de tráfico ilegal de personas.
Lo anterior implica que uno único hombre trasladó y resguardó a las siete decenas de migrantes que entraron a México de manera irregular, entre los que había hombres, mujeres y un menor de edad acompañado por su familia.
El rescate ocurrió el pasado seis de abril, durante una revisión migratoria en un hotel ubicado en la colonia Cuauhtémoc, de la capital de Oaxaca, donde encontró decenas de maletas y mochilas con ropa y artículos personales dentro de las habitaciones, pero no se encontraban los propietarios.
El personal de migración realizó una revisión a todo el inmueble, hasta que encontró dentro una cisterna sin agua y del cuarto de máquinas del hotel, a 70 personas en situación de migración; 27 de ellos eran hombre y 25 mujeres originarios de Cuba.
Otros 12 eran hombres y dos mujeres procedentes de Nicaragua, así como un hombre de Venezuela; y dos mujeres más acompañadas de un menor de edad en “núcleo familiar”.
En un comunicado de prensa, el INM detalló que con apoyo de la Policía Estatal de esa entidad detuvo a un hombre imputado por el delito de tráfico ilegal de personas, quien quedó a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR).
Un traficante de personas o pollero, como se le conoce en México, es aquel que transporta a migrantes irregulares, principalmente, hacia los Estados Unidos.
El delito de tráfico de personas generalmente funciona a través de una red en la que participa el que recluta, el que traslada y el que resguarda, en este caso a los migrantes.
La diferencia entre tráfico ilegal de personas y trata de personas, es que en el primer caso existe un consentimiento o acuerdo voluntario entre los migrantes y el traficante, en el que hay de por medio un beneficio económico, para que sean trasladados de su país de origen hacia otra nación.
En cambio, la trata de personas es una actividad ilícita que implica la captación o secuestro de una persona para luego explotarla por la fuerza en otras actividades, igual ilegales, como la prostitución forzosa, la mendicidad o explotación laboral, sin ninguna remuneración económica.