Una vez más, los políticos mexicanos le quedaron a deber a la comunidad migrante mexicana; sí, aquellos calificados como “héroes” por el presidente, reciben un trato injusto y desigual.
No se entiende el discurso oficial frente a la realidad.
Apenas la semana pasada en Nueva York, Andrés Manuel López Obrador pidió “que no se maltrate a los migrantes mexicanos ni a ningún otro migrante en el mundo”, pero unos días antes la Guardia Nacional mexicana asesinó a dos migrantes, quienes no se detuvieron frente a un retén.
Rápidamente, el director para las Américas de Human Rights Watch recomendó al presidente mexicano seguir su propio consejo.
Este domingo en la madrugada, los diputados federales aprobaron el Presupuesto de Egresos 2022, donde literalmente se borra a la comunidad migrante, esa que tantas remesas envía al país, y que AMLO tanto presume.
La migración está de moda nuevamente. No sólo por la crisis de asilo, sino también por los infructuosos esfuerzos del gobierno de Joe Biden para lograr una reforma en su país.
México está viviendo un cambio fundamental en la narrativa migratoria, al convertirse ya en un país destino, y no sólo el paso hacia el norte.
Los paisanos en Estados Unidos viven su propia dinámica y sufren por la falta de citas para servicios consulares.
Y como no, si este año el presupuesto asignado a la Dirección General de Servicios Consulares fue de 102.9 millones de pesos, 65 millones menos que en el 2020.
Para el 2022, el gobierno de AMLO propuso que se otorgarán 146.8 millones de pesos a los consulados de México en USA.
México le queda a deber a los migrantes
Pareciera que no saben de la crisis consular que se vive, recrudecida por la pandemia y por las fallas constantes de Mexitel, un servicio que no logra generar las citas suficientes en estados con una mayor concentración de mexicanos como California, Texas, Nueva York o Illinois.
Los que sí desaparecieron fueron programas como el 3×1 o el Fondo de Apoyo a los Migrantes, cancelados bajo el argumento de que estaba lleno de procesos corruptos.
Sin embargo, se percibe un desconocimiento de lo importante que eran estos mecanismos para la comunidad.
No sólo por la infraestructura construida en las regiones de origen o las oportunidades de emprender, sino por la cohesión que se generaba a través de las actividades realizadas en clubes y federaciones migrantes.
Otra institución que recibirá menos recursos es la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). Para el próximo año se tendrá un presupuesto de 45.6 millones de pesos, menor al recibido en 2020.
Eso sí, las solicitudes de refugio de enero a octubre sumaron más de 108 mil, la cifra más alta en la historia.
Los migrantes necesitan ayuda, acompañamiento y ser realmente escuchados en su país. Hasta ahora, los políticos les han quedado a deber.