El día de ayer el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos (COMDH) en el sureste mexicano informó que el Instituto Nacional de Migración (INM) negó el acceso a migrantes.
Este hecho es una clara violación a los derechos humanos, pues muchos de ellos han solicitado asilo humanitario en México. No sólo esto, existe una preocupación latente por los migrantes debido a las medidas que ha tomado el país: desde militarizar toda la frontera sur bajo el pretexto de “cuidar a los migrantes” hasta validar las narrativas de los medios que estigmatizan a las personas provenientes de Centroamérica.
Hemos documentado un rechazo expreso a personas y familias solicitantes de refugio, asilo y con necesidades de protección internacional que intentan ingresar a México en puntos de acceso formal como es el caso del puente Rodolfo Robles, indica en su comunicado el colectivo.
El INM no está cumpliendo con su deber
El COMDH asegura que, pese a que el INM se jacta de salvaguardar los derechos de los migrantes, sus acciones son incongruentes con este discurso.
Asimismo, el colectivo documentó el rechazo de las autoridades migratorias mexicanas contra estos grupos. Inclusive a familias que iban con niños, las cuales eran devueltas sin explicaciones.
De esta manera, se les negó a las personas la posibilidad de recibir información y acompañamiento para poder hacer una solicitud formal al gobierno mexicano.
El pasado 5 de abril se presentó un caso de estos. En la frontera sur una familia guatemalteca integrada por tres menores de 13, 15 y 17 años rogaban asilo en México. Ya que en su país de origen habían recibido constantes amenazas de muerte, hostigamiento y persecución.
Aunque los menores migrantes pedían ayuda y temían por sus vidas, las autoridades fronterizas y el INM les negaron el acceso al país.
Peor aún, por medio de engaños se les impidió contactar a organizaciones civiles, que pudieran apoyarlos. Por lo que las autoridades los regresaron de vuelta a Guatemala.
Lo anterior es una situación alarmante e indignante. Pues todo esto va contra la Ley de Migración mexicana, la cual prioriza siempre la vida de los migrantes. Sobre todo, la protección de las infancias.