Incluso antes de tener memoria, Carlos Bazán Ramos se la pasaba dibujando el mundo a su alrededor; ahora, con 26 años, este pintor originario de Oaxaca deslumbra tanto a nacionales como extranjeros por sus coloridas obras, a través de las cuales lleva un pedazo de México a todo el mundo.
En entrevista para Conexión Migrante, Carlo Bazán Ramos contó que su inclinación por la pintura comenzó cuando tenía unos 14 años, como un pasatiempo “ilegal”; en ese entonces hacía grafiti en Villa de Tamazulápam, Oaxaca, o en los pueblos vecinos.
Sin embargo, por petición de sus padres, el joven decidió dejar esa actividad. Una vez comenzó el bachillerato decidió estudiar pintura con el artista español Enrique Martorell en la Casa de la Cultura de San Pedro y San Pablo Teposcolula.
Fue ahí donde Carlos Bazán Ramos comenzó su aprendizaje de distintas técnicas.
El acercamiento del hombre a la naturaleza y el amor por Oaxaca
Además de aprender todo lo posible en sus clases, el pintor trató de documentarse en internet, revistas y exposiciones de arte.
Esta pasión por la pintura eventualmente haría que el joven pudiera desarrollar su propio estilo.
“El primer recurso que ocupé fueron los colores, toda la paleta de colores; siempre veía los cuadros pero veía que era muy monocromático”.
Bazán Ramos buscaba que sus obras mostraran todos los colores unidos, conviviendo entre sí.
“Quería que mis cuadros hubiera una perspectiva en la que el ser humano y la naturaleza convivieran”.
Sin embargo, eso no fue todo, Carlos Bazán Ramos comentó que otra pieza fundamental para su obra fue Oaxaca, pues “hay mucho colorido”.
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El camino de Carlos Bazán Ramos hacia el extranjero
“La primer obra que de la serie de color que inicié fue una que se llamó “taquicardia”, esto fue en el 2014”.
Carlos Bazán Ramos cuenta que a partir de ese momento lo comenzaron a invitar a varias exposiciones.
En algunas de ellas había otros artistas reconocidos a nivel internacional, lo cual lo hacía sentirse nervioso y emocionado.
“En ese entonces tenía 20 años, no sabía ni qué ni cómo… ahorita sigo sin saber, pero en ese entonces menos”, explica.
Su primera exposición en el extranjero fue en Miami, luego Los Ángeles, Laguna Beach, San Diego; su trabajo incluso llegó a Europa.
Con la mirada en el cielo y los pies en la suelo
Aunque Carlos Bazán no lo recuerda bien, desde niño siempre fue cercano al dibujo o como él lo dice “rayaba”.
De acuerdo sus padres, desde que tenía 3 años, siempre se la pasaba dibujando, esto fue muy importante ya que ellos le dieron total libertad.
Sin embargo, tuvo problemas para convencerlos cuando les dijo que pretendía estudiar arte, aunque al final pudo convencerlos.
Ahora, el pintor busca que cada una de sus pinturas digan de donde es y llevar en alto el nombre de su país.
Respecto a sus paisanos en el extranjero, dijo buscar llevarles ese pedacito de México y hacerlos sentir orgullosos de México.
Se muestra muy agradecido del apoyo que ha recibido de ellos cuando está fuera del país.
Y ahora, ¿Qué sigue?
El trabajo de Bazán Ramos incluso ha sido reconocido por Disney, quien decidió poner su arte en la nueva serie “Party of five“.
Las obras del pintor serán imágenes de gran formato que formarán parte de los espectaculares y carteles de la producción.
Podrán ser vistos en lugares como Times Square, en Nueva York, y Los Ángeles, California.