29 de marzo de 2024
DOLAR: $16.53
Search
Close this search box.
29 de marzo de 2024 | Dolar:$16.53

#HistoriasDeDeportados | María, la madre que sufrió el secuestro de sus hijos por parte de los coyotes

María y su esposo decidieron contratar los servicios de un coyote para que sus hijos pudieran cruzar la frontera y así poder reunirse, sin embargo, no esperaban que sus hijos terminarían secuestrados.
En entrevista para Conexión Migrante, María, una paisana originaria de Santiago Tulantepec, Hidalgo, relata su historia.

María de Lourdes Ruiz llegó a Estados Unidos junto a su esposo en 2004; tuvieron que pasar alrededor 10 años para que el matrimonio decidiera contratar los servicios de diversos coyotes para que sus hijos pudieran cruzar la frontera y así poder reunirse con ellos, sin embargo, no esperaban que terminarían secuestrados.

En entrevista para Conexión Migrante, María, una paisana originaria de Santiago Tulantepec, Hidalgo, relata que esta decisión fue tomada debido a que uno de sus hijos era acosado por una banda delictiva, quienes lo quería sumar a sus filas, dejándole claro que negarse no era una opción.

Por miedo, el mayor de los hermanos se ocultó en casa de sus abuelos paternos, pero el estrés y la mala influencia de su familia lo arrastró a hacia las drogas.

Esto motivo a los María a contratar el servicio de un coyote, desafortunadamente, sus hijos fueron detenidos dos veces por inmigración y decidieron contratar a otra persona para que los pudiera reunir.

Fue ahí cuando todo empeoró, esta persona les aseguró tener contactos con las autoridades estadunidenses y que sus hijos solo tendrían que dar nombres clave poder pasar.

Sin embargo, el matrimonio desconocía que además de pasar personas por la frontera, este grupo también aprovechaba para pasar droga.

Tal vez te interese:  Notifica, la app que te ayuda si eres detenido por la migra

De acuerdo con la mujer, los coyotes pertenecerían al Cártel del Golfo y una vez que se encontraron con sus hijos y un hermano de María a una casa, donde no les dieron comida.

Durante 20 días, los jóvenes estuvieron hacinados, sin comida y en una condición tan deplorable que el menor de los hermanos terminó con una infección.

Lo único que les daban era agua y los tenían vigilados todo el día, le decían que si intentaban escapar los iban a matar.

Una de esas noches, entre octubre y noviembre, bajo el pretexto de intentar cruzarlos los dejaron abandonados en un monte, gracias a que uno de los menores llevaba un celular pudo comunicar con su padre y contarle su situación.

Con la amenaza de ir con la policía, el coyote fue por sus hijos y los regresaron a la casa. Cuatro días después los jóvenes pasaron hacia EU, sin embargo, el grupo criminal se desentendió de ellos y los hicieron “perdidizos”.

En su desesperación el matrimonio acudió a migración para preguntar por sus hijos, pero no tenían información de ellos. Tuvieron que pasar tres días hasta que las autoridades se pusieron en contacto con ellos, sus hijos estaban en una casa hogar en México.

Lo que esta pareja no esperaba era que su situación lejos de mejorar empeoró, las autoridades mexicanas se negaban a entregárselos, aun cuando el tío de los jóvenes se presentó con permisos firmados de los padres.

Tal vez te interese:  ¿Qué pasará con los niños migrantes?

Bajo el argumento de que eran malos padres y habían expuesto a sus hijos, las autoridades les pidieron dinero para “facilitar” el trámite, ya que de otra manera sería difícil que recuperaran a los menores.

A pesar de que pudieron recuperar a sus hijos, esta amarga experiencia generó constantes discusiones entre el matrimonio, provocando su separación. Además del gasto de unos 15 mil dólares y una deuda que les costó tres años de trabajo liquidar, fue hasta 2018 que pudieron pagar todos los préstamos que pidieron.

Lamentablemente, esta última vez las autoridades migratorias les tomaron sus huellas y advirtieron que si volvían a intentar cruzar la frontera serían arrestados por al menos cinco años, imposibilitando también la opción de cruzar la frontera por la vía legal.

“Mi caso no es el único, hay otros peores de gente que desgraciadamente secuestran a sus hijos y no los vuelven a ver. Esta vez, gracias a dios, tuve la fortuna de poder recuperar a mis hijos”, dice María, quien se siente triste y desesperada por estar lejos de sus hijos, mientras están en riesgo.

Notas relacionadas