Ana Laura López va cada ocho días al aeropuerto de la Ciudad de México para recibir y apoyar a personas deportadas desde Estados Unidos.
Cada semana visita la puerta N, pero esta vez no fue así.
Luego de casi un año y medio de no ver a su hijo Dani, parte de su sueño se hizo realidad.
“Estoy partida en dos”, explica Ana Laura, vocera de la organización Deportados Unidos en la Lucha (DUL), luego de recibir a uno de sus dos hijos en el aeropuerto.
Falta que venga Angel, el mayor que vive en Chicago, pero los trámites se han complicado.
Ana Laura tiene claro que su lucha por los reencuentros y las reunificaciones familiares debe ser una de sus prioridades, pues lo ha vivido en carne propia.
En septiembre del 2016, cuando intentaba arreglar su residencia en Estados Unidos regresando a México, los agentes de ICE subieron al avión en el que iba a viajar y le aplicaron un castigo de 20 años.
Su mundo y sus planes se rompieron.
Llegó a una ciudad que no conocía, con los trozos de su vida en sus manos y el corazón roto por tener que dejar en esas condiciones a dos de sus hijos.
En México, aplicó lo aprendido en Estados Unidos.
Se reunió con un grupo de deportados, se organizó y empezó a trabajar y a luchar por quienes viven situaciones similares a ella.
Algo que celebrar
La espera terminó. Son las 5 de la mañana en el aeropuerto de la Ciudad de México, y Ana Laura, junto con algunos miembros de DUL y un puñado de medios, espera la llegada de su hijo desde Chicago.
Una guardia de seguridad dice se nombre y entra a la sala de llegada, pues debe recibir a su hijo, quien apenas tiene 15 años.
Minutos después salen abrazados, felices, con un par de maletas y miles de cosas que platicar.
Se abrazan, sonríen; ella le toca la cara, como si quisiera recuperar las horas enteras sin su presencia.
Dani estará en México por 10 días. En ese tiempo, acompañará a su mamá a trabajar, pero también viajarán a la playa. Un plan que Ana Laura tenía años soñando.
Sin embargo, la lucha sigue.
Falta la llegada de Angel, su hijo que vive en Chicago.
Ana Laura busca reunir los pedazos de su corazón roto por una deportación exprés.