Como respuesta a la epidemia de acciones que asola a Estados Unidos, este lunes el presidente Donald Trump anunció que pedirá la pena de muerte contra los narcotraficantes “realmente malos” e intentará endurecer las sentencias por ese crimen.
Y es que el problema en EU ha alcanzado cifras alarmantes, se estima que 175 personas fallecen a diario por culpa de las sobredosis.
Durante su mandato, Trump ha elogiado a líderes como el presidente filipino, Rodrigo Duterte, por su mano dura contra las drogas.
Es por eso que presentó un plan para atajar la crisis de opiáceos que llevará al Departamento de Justicia a solicitar la pena de muerte para los narcotraficantes cuando la ley actual lo permita.
“Estamos perdiendo el tiempo si no nos ponemos duros con los narcotraficantes, y esa dureza incluye la pena de muerte”, dijo Trump en un discurso en Nuevo Hampshire, el tercer estado del país más golpeado por la adicción a los opiáceos después de Virginia Occidental y Ohio.
“Algunos de estos narcotraficantes matarán a miles de personas durante su vida (mediante las drogas que mueven), y si les pillan, les caerán 30 días o un año en la cárcel. O les multarán. Y (en cambio), si matas a una persona (asesinándola), te cae la pena de muerte o la cadena perpetua”, denunció el presidente.
A pesar de sus palabras, Trump admitió la posibilidad de que el país no esté preparado para imponer la pena de muerte a todos los narcotraficantes. Tal como hacen otras naciones que “no se andan con juegos”.
En tanto, el secretario de Justicia de EU, Jeff Sessions, confirmó a través de un comunicado que usará la ley federal para buscar la pena de muerte contra los traficantes.
