“Yo no me llamo María” dice Valentina, joven indígena que narra las humillaciones, vejaciones y las diferentes formas de discriminación que ha enfrentado a lo largo de su vida hasta llegar a donde se encuentra.
A través de un mini documental, compartido vía Facebook, la joven narra todas las dificultades que los indígenas viven día a día en la sociedad.
El término “María” es usado de forma peyorativa desde los 60 para referirse a las mujeres indígenas, que son rápidamente ubicadas por las actividades a las que se dedican, su forma de vestir, así como por hablar dialectos.
La joven recrimina que no importa de qué grupo pertenezcan, maya, otomí, mixteca o zapoteca (cada uno con su propia identidad, forma de vestir y dialecto) al final todas las mujeres indígenas tienen rasgos que ofenden a niños y adultos, por lo que simplemente se refieren a ellas como “Marías”.
Su historia no es diferente de la de cualquier otra mujer indígena, haber sufrido de discriminación durante gran parte de su vida en todos lados, motivo por el cuál algunas niegan sus raíces.
De acuerdo con Valentina, su martirio inició en la escuela primaria de San Ildefonso Amealco, Querétaro, donde los maestros impedían que ingresara a la escuela por su vestimenta, ya que no tenían el uniforme.
Relata como los niños no indígenas se burlaban de ella por hablar otomí, le ponían apodos y la acosaban a diario.
Al ingresar a la primaria, en la zona urbana de Querétaro, esto solo empeoró, ya que fue agredida físicamente por sus compañeros, incluso el video fue puesto en internet y alcanzó 80 mil visitas, y le dijeron que por fea no la quería en la escuela.
Sin embargo, nada de esto detuvo a Valentina, quien está decidida en estudiar medicina.