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¿Vives en el área triestatal? participa con “mensajes de amor y esperanza”

Participa en el proyecto "Mensajes de amor y esperanza para mis paisanos"

Guadalupe Ramos lleva más de 10 años viviendo en el área triestatal, y ha sido una activa participante de iniciativas artísticas y culturales que fortelecen la cultura latina.

Luego de los terremotos de 7 y 19 de septiembre en México, Lupita invita a todos los paisanos de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut a participar en el proyecto “Mensajes de amor y esperanza para mis paisanos”.

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La propuesta, explica, es escribir una carta o hacer una tarjeta o un dibujo con mensajes de aliento, esperanza, amor, fortaleza para los damnificados por los sismos.

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Latinos del área tri estatal escriben mensajes de esperanza a los damnificados por los sismos en México

“Poner en la parte de atrás nombre, edad, ciudad donde vive y país de origen. Chicos, grandes, adultos mayores, les invito a participar”, comenta Lupita.

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Los mensajes serán entregados en albergues y campamentos en la Ciudad de México y Morelos los próximos 1 y 2 de noviembre.

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El sábado 21 de octubre en Stamford estarán recogiendo las cartas, tarjetas y dibujos de cada ciudad.

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Niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad están respondiendo en hacer una tarjeta, carta o un dibujo con mensajes de aliento.

Cómo lo vivió Lupita Ramos

El 7 de septiembre vi las noticias del terremoto en México y las afectaciones en Oaxaca, inmediatamente pregunté a mis dos hermanos y mi hermana y más familia si todos estaban bien, y algunos ni lo sintieron.

Pero desde ese día hice una petición en mi muro para que en Connecticut se hiciera algo para ayudar a los afectados, y pedí una iglesia, un local o algo para comenzar a recaudar víveres.

Hasta que le sugerí a la empresaria poblana, Verónica Huitzil para que prestara su tienda en Bridgeport, y luego ella me escribió que sí.

Entonces me llamó la oaxaqueña Luisa Antonio, de Bridgeport y me dijo que ella ayudaría y que ya había hablado con Teresa Vivar, de New Jersey y me contacté con ella para conectarla con Verónica que sería la que haría un centro de acopio.

Desde ese día comenzó el compartir todo evento y ayuda.

El sismo del 19 lo vi igual en las noticias.

De inmediato chequé que mis dos hermanos y hermana estuvieran bien; sin embargo mi hermana (que vive en Morelos) no me contestaba.

Después de insistir me dejó un mensaje de voz que me hizo llorar y allí comenzó mi angustia e impotencia porque la habían desalojado del IMSS de Jiutepec, Morelos.

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Me contó que caían los techos de una parte de la clínica y ella estaba con mi sobrino de 20 años en recuperación de una cirugía de peritonitis.

El 20 de septiembre posiblemente lo operarían porque ya se había complicado desde un mes antes que había sido la primera operación.

El mensaje me decía que iba en ruta con mi sobrino, en bata y con suero y sonda porque no había taxis y ella decidió llevarlo a la casa pues estaban en la calle.

Pero me angustió porque me decía que localizara a su hija de 24 años, quien seguramente iría a la clínica y había un caos, eso la tenía más angustiada a ella, sin contar que mi cuñado estaba en CDMX en clase en alguna universidad.

Nunca localicé a mi sobrina y eso me puso mal.

En todo el día no me moví de la televisión y del celular buscando a Atenas y nada.

Hasta después de dos horas me contestaron en su casa y allí estaba ya  mi hermana, sobrino y sobrina.

Y ahora solo estaba localizando a mi cuñado con su familia en el DF y me contestó y serví como intermediaria: yo llamaba a Morelos y él me escribía en el DF y les pasaba el mensaje.

Hasta las 12 de la noche llegó él a Morelos, después de muchas horas de angustia porque él sabía que mi sobrino podría agravarse.

Gracias a Dios todos están bien, nadie perdió casa ni vida.

Pero desde ese día mi tristeza e impotencia de ver todo lo que pasó en México se apoderó de mí, y entonces compartí todo lo que era de ayuda, eventos, recaudación y asistí a todos los eventos acá.

Como siento mucha angustia, iré a México a ver a mis hermanos y hermana y sus familias, quiero estar junto a ellos, y hoy lo único que me tranquiliza ante la imposibilidad de mandar dinero, llevar comida, etc, es poder llevarles esos mensajes de amor y esperanza a los damnificados en algunos albergues y campamentos en DF y Morelos.

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