6 de mayo de 2025

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La música es una flor

La mejor manera de celebrar a niñas y niños es con la promoción, respeto, protección y garantía de sus derechos humanos.

Como cada año, el 30 de abril en México se celebró el día de las niñas y los niños. En muchas de las actividades en las escuelas y los espacios públicos lo central fue la música y el arte para las infancias. De acuerdo con la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU), aprobada como tratado internacional de derechos humanos el 20 de noviembre de 1989, en su Artículo 31: “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. 

Este derecho está siendo severamente afectado por las amenazas y medidas autoritarias que han tomado, en los últimos meses, las autoridades migratorias estadounidenses. Los efectos negativos del estrés al que está siendo sometida la niñez migrante es evidente, pero falta documentar con precisión el daño causado hasta el momento. Desafortunadamente podemos ver en las redes sociales situaciones dolorosamente crueles como son la negativa a que ingresen las hijas e hijos de migrantes a las instituciones educativas, o que estando en clases, tienen que salir corriendo ante las amenazas de las autoridades migratorias norteamericanas que evidentemente nada saben de derechos humanos. 

En México, desde 2014, se cuenta con la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual en su artículo 13 enuncia 20 derechos de niñas, niños y adolescentes “de manera enunciativa más no limitativa”. Es muy importante conocerlos, pues toda niña o niño que se encuentre (o ingrese) en territorio mexicano tiene garantizados dichos derechos, sin ninguna condición y de forma progresiva. 

La mejor manera de celebrar a niñas y niños es con la promoción, respeto, protección y garantía de sus derechos humanos. Todo gobierno que se precie de ser democrático así lo debe hacer. Niñas y niños, de acuerdo a dicha Ley, tienen derecho a “XII. Derecho al descanso y al esparcimiento”. Toda niña y todo niño tiene derecho a la alegría que les genera el arte y la cultura: cine, teatro, música, danza, pintura, escultura…, toda forma de expresión artística y cultural. Está meditación migrante retoma una expresión de las comunidades zapatistas de Chiapas: “La música es una flor, es alimento para la conciencia”. 

Si bien los monopolios de la medios de comunicación convencionales (radiodifusoras y televisoras), han impulsado una propuesta de música infantil en México, está se ha caracterizado por una visión comercial de la niñez, adultocentrica, racista, patriarcal y de negación de las niñez como sujetos de derechos, propensos a una cultura de la violencia y la confrontación. Resulta muy triste escuchar a niñas y niños repetir la letra de canciones con expresiones de violencia, egoísmo y crueldad. 

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Afortunadamente, en México se han desarrollado proyectos artísticos musicales dirigidos específicamente y explícitamente para niñas y niños, fuera de los circuitos comerciales de las televisoras y radiodifusoras monopólicas. Dichas propuestas se caracterizan por la incorporación del enfoque del interés superior de la niñez, interculturalidad, perspectiva de género, derechos humanos, cultura de paz. 

Aunque a algunas personas les parezca gracioso escuchar a niñas y niños cantando canciones sobre desamor, peleas o hazañas egoístas, es necesario reconocer que dicha música no les aporta herramientas para la vida, sobre todo en situaciones tan complejas como las que actualmente está enfrentando la comunidad migrante. En cambio, escuchar a niñas y niños cantar canciones que expresen cosas hermosas es mucho mejor. 

En efecto, la música es alimento para la conciencia y sobre todo si las propuestas musicales apuestan por el desarrollo integral de niñas y niños, sin discriminación. La comunidad migrante tiene el derecho a la recreación y esparcimiento, en un ambiente de paz y concordia, y sobre todo para festejar a niñas y niños, que encontrarán en la música infantil alternativa muchas herramientas para afrontar estos tiempos, con alegría y combatividad. A todas y todos nos hace falta. Les comparto una panorámica que espero disfruten, junto con niñas y niños.