En un rincón de Carolina del Norte (El jardín de las rosas en Raleigh) , entre flores primaverales y cielos despejados, las voces de la infancia latina se elevaron en voces , risas , bailes y zapateados durante el Festival Cultural del Día del Niño, organizado por Revista Latina en el Jardín de las Rosas, en la ciudad de Raleigh. Este evento, más que una celebración, fue una muestra poderosa de cómo las tradiciones y costumbres de nuestras raíces siguen uniendo comunidades migrantes a miles de kilómetros de sus países de origen.
Tras varios años sin realizarse, el festival volvió a la vida en un día soleado que se convirtió en un símbolo de esperanza y renovación cultural. Familias migrantes de distintas nacionalidades se reunieron para compartir danzas folclóricas, trajes típicos, música tradicional, juegos y comida. Niños, adolescentes y adultos , subieron al escenario con orgullo para bailar al ritmo de sus tradiciones ancestrales.
Más allá del espectáculo visual, el evento representó una afirmación colectiva de identidad. En un entorno donde muchas veces el migrante se enfrenta a desafíos de inclusión, la cultura se convierte en un puente que no solo conecta generaciones, sino también abre caminos de entendimiento entre comunidades diversas.
Los niños fueron el corazón de la jornada. Con emoción, se prepararon para mostrar sus bailes frente al público. Para ellos, subir al escenario fue más que una presentación: fue un regalo emocional, una oportunidad para vivir la alegría de ser ellos mismos en un espacio que valora su historia. Enseñar nuestra cultura a los niños desde la niñez, a través de la danza, es sembrar en ellos raíces firmes que florecerán en identidad, orgullo y amor por sus orígenes.
El festival no solo dio visibilidad al talento artístico de las nuevas generaciones, sino que también demostró que las comunidades migrantes están activamente construyendo entornos de convivencia positiva. A través de la música, la danza y el arte, las costumbres latinoamericanas se convierten en herramientas de integración, resiliencia y orgullo comunitario.
Este tipo de celebraciones también envían un mensaje poderoso a la sociedad en general: que la diversidad cultural no es una barrera, sino una riqueza que puede y debe compartirse. Eventos como este fortalecen el tejido social, abren espacios de inclusión y permiten que las voces de nuestras infancias migrantes se escuchen y celebren.
Revista Latina, junto con diversos grupos culturales y familias voluntarias, hizo posible este festival que reunió a decenas de niños y cientos de asistentes. Este esfuerzo comunitario demostró que la unión, el arte y la cultura pueden transformar el presente de nuestras comunidades y construir un futuro más justo, inclusivo y lleno de identidad.
Grupos participantes (en orden alfabético):
- BF Corazón de México Company
- Carreta de Colores
- Danza Tezcatlipoca Azteca Chichimeca
- Flor de Hidalgo
- Folcór Chapín
- La Hora Loca + Show de Mojigangas
- Magetsi 4H Club
- Sones de Jalisco
- Takiri Folclor Latino
- Venezuela es Danza
Grupos locales que demuestran una vez más la gran diversidad que existe y enriquece este país.