La nueva directiva firmada por Pete Hegseth exige eliminar las diferencias por género en las evaluaciones físicas de las unidades combate, “deben ser neutrales por sexo, basados únicamente en las exigencias operativas del puesto y en el nivel de preparación necesario para enfrentar a cualquier adversario”.
Una orden firmada por Pete Hegseth, secretario de Defensa, establece que todos los requisitos de aptitud física para los puestos de combate armado serán “neutrales en cuanto al sexo”. Esto probablemente reducirá considerablemente el número de mujeres que puedan cumplir con los estándares. La orden instruye al mando militar para que implemente las nuevas normas de aptitud física antes de que termine octubre.
El ejército de los Estados Unidos ha tenido un intenso debate sobre cómo calificar de manera justa la aptitud física de las mujeres en las pruebas para determinar su colocación en puestos de combate físicamente exigentes y su ascenso a cargos de mando.
En 2022, el ejército flexibilizó los estándares de calificación para las mujeres y los militares de mayor edad. También otras ramas han establecido normas diferenciadas para las pruebas físicas entre hombres y mujeres; por ejemplo, en los Marines, todos los reclutas deben pasar una prueba de fuerza: los hombres deben realizar tres dominadas o 34 flexiones en menos de dos minutos, mientras que las mujeres deben hacer una dominada o 15 flexiones en el mismo tiempo.
Estas normas clasificadas por género se mantendrán para algunos empleos militares, según señaló Hegseth en una declaración relacionada con la orden. Sin embargo, argumentó que las mujeres no deberían ser aceptadas en unidades de combate si no pueden cumplir con los mismos estándares físicos que los hombres.
Hegseth había mostrado previamente su oposición a la inclusión de mujeres en trabajos de combate, como la infantería, la artillería, las tripulaciones de tanques y las fuerzas especiales. En un libro reciente, expresó que “las mujeres no pueden cumplir físicamente los mismos estándares que los hombres”. Más tarde, se retractó de esta postura, afirmando en diciembre que “si tenemos el estándar adecuado y las mujeres cumplen con él, bienvenido sea”.
A medida que las mujeres luchaban por abrir nuevos caminos y ascender a puestos de combate de élite, como el cuerpo de oficiales de infantería y las fuerzas especiales, surgieron interrogantes sobre si deberían someterse a pruebas de aptitud física diferentes para garantizar su acceso a estos puestos.
En una prueba piloto de la nueva prueba de aptitud física del ejército, el 65% de un pequeño grupo de mujeres no la superó, mientras que solo el 10% de los hombres fallaron. Un análisis posterior realizado por RAND mostró resultados similares: casi la mitad de las mujeres alistadas no aprobaron la prueba, mientras que menos del 10% de los hombres no la aprobaron.
La mayor Kristen Griest, primera mujer oficial de infantería del ejército y una de las dos primeras mujeres graduadas en la Escuela de Rangers, publicó un artículo de opinión en 2021 en el Instituto de Guerra Moderna de West Point, donde defendió los estándares de aptitud física neutros en cuanto al género. En él, argumentaba que unos estándares más bajos para las mujeres “refuerzan la creencia de que las mujeres no pueden realizar el mismo trabajo que los hombres, lo que dificulta que se ganen la confianza de sus compañeros de equipo”.
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