Por Dinorah Arceta, coordinadora de incidencia del Instituto para las Mujeres en la Migración, A.C.
El 2024 comenzó con el proceso de elaboración del Plan Nacional de Desarrollo (PND) por parte del gobierno federal, quien entregó el borrador final el pasado 28 de febrero ante el Congreso de la Unión para su aprobación. Hay menciones específicas a la situación de las personas en movilidad humana en cuatro estrategias que son acciones puntuales que debe implementar el Ejecutivo en estos seis años de administración. Sin embargo, hace falta incluir una visión integral de las distintas aristas de los flujos de movilidad en el país: desplazamiento interno, origen, tránsito, destino y retorno. Además de tomar en cuenta necesidades y vulnerabilidades específicas de las mujeres, la niñez y la adolescencia en movilidad.
Del PND derivarán programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales, así como una visión a largo plazo para su cumplimiento, por lo que desde el IMUMI buscamos impulsar que se diseñen programas específicos como el Programa Nacional de Derechos Humanos, el Programa Sectorial de la Secretaría de Gobernación, el Programa Nacional de Igualdad entre Hombres y Mujeres, el Programa para Prevenir y Eliminar la Discriminación, así como el Programa Especial de Migración. Además de mecanismos de rendición de cuentas, estrategias para ejecutar las acciones.
Desafortunadamente, dentro del PND presentado, las estrategias relacionadas a la migración no cuentan con indicadores, líneas base ni metas. El bienestar y la integración de las personas en movilidad son la base para la prosperidad sostenible y enriquecimiento cultural de la sociedad mexicana. Una gestión de la movilidad humana basada en la contención, militarización y criminalización tiene un impacto negativo en el desarrollo, ya que pone en peligro a las personas en movilidad, genera tensiones en las comunidades de acogida y no permite que aporten a las diversas esferas de la vida pública del país, tales como fuerza de trabajo, cultura, economía, etcétera. Actualmente existen restricciones y obstáculos que impiden que las personas que quieran permanecer o reintegrarse en México sea sencillo, reproduciendo un círculo vicioso de desplazamiento, pobreza, endeudamiento y riesgos de protección.
La llegada de Trump a la Casa Blanca ha significado un retroceso para los derechos de las personas en movilidad en México y es necesario que el PND sea una herramienta para hacerle frente.
El PND debió reconocer que todas las personas en movilidad han sido vulnerables históricamente por la falta de respeto a sus derechos, por lo que requieren protección, asistencia integral diferenciada y ser reconocidas como agentes de desarrollo. Desde el IMUMI presentamos propuestas específicas enmarcadas en 11 ejes prioritarios en materia de migración y asilo y en una República para la Niñez que esperábamos que se incorporarán al PND, como una muestra de un compromiso expreso de la Administración Pública Federal para que la gestión de la movilidad humana tenga un enfoque de derechos y género, y sea parte del sistema de planeación del desarrollo nacional. Destacamos que el slogan de República para la Niñez si se logró incorporar en el borrador final.
Por otro lado, observamos desafíos en el proceso de involucramiento de la sociedad civil en la construcción del Plan. En muchos de los foros, como los organizados por el Instituto Nacional de Migración, el acceso fue restringido y a puerta cerrada. No hubo posibilidad de conexión remota y la selección de panelistas se realizó desde la institución convocante. Pese a que se difundieron los temas de los foros desde Presidencia y se habilitó un sitio web llamado Planeando Juntos, estuvo deshabilitado unos días y se necesitaba una conexión de gama alta para subir propuestas u observaciones. Tampoco fue clara la sistematización de las propuestas que se presentaron y cómo serán integradas al PND. Por lo que algunas organizaciones realizaron foros alternativos para que los temas que no fueron parte de la lista oficial de consultas fueran visibilizados.
Hoy tenemos la oportunidad de reimaginar y reconstruir nuestro país sobre bases de no discriminación, igualdad e inclusión. La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado que es tiempo de humanizar a las y los migrantes. También que la prioridad son las poblaciones en pobreza, y que las acciones del gobierno deben construir equidad, bienestar y justicia.
Siguiendo este espíritu, esperamos que el Plan Nacional de Desarrollo sea una ruta crítica de acción que si se pueda implementar de forma efectiva.