Carlos Macías es uno de los primeros deportados por Trump que llegó a Tijuana la noche del martes 21 de enero.
El mexicano narró cómo la persecución contra personas sin documentos en Estados Unidos lo despojó a él y a decenas de acompañantes, de sus sueños y familias.
La caza de indocumentados bajo las medidas de Trump
Carlos, quien vivió 10 años en Estados Unidos, describió cómo fue que el miedo se esparcía en su comunidad incluso antes de que se hiciera oficial la orden ejecutiva.
Comentó que los operativos para deportar indocumentados comenzaron en centros comerciales, transporte público, iglesias y retenes.
“Está muy difícil allá la situación para toda la familia, los que no tienen papeles están asustados de trabajar, de manejar y si no tienes transporte ¿cómo vas a mantener a tu familia?”
El hombre de origen michoacano detalló que se ganaba la vida como pintor y tras la deportación dejó a su esposa, hijos y hermanos.

Personas que deberían tener una oportunidad
La de Carlos Macías es solo una de las historias que reflejan el impacto de las políticas migratorias impuestas por Donald Trump.
“Yo digo que hay personas que de verdad cometen crímenes y hay personas que tienen años viviendo allá y esas personas deberían tener una oportunidad de hacer algo, no de ser deportados simplemente así”.
Para los deportados por Trump, regresar a México representa un desafío económico y social, tras años de construir una vida en Estados Unidos.
Incluso el traslado hasta esta frontera dejó una profunda huella emocional para Carlos.
“Nos traen amarrados como si fuéramos de lo peor, pero llegando al aeropuerto de San Diego, según que nos van a quitar las esposas por que dicen que nos portamos bien y de ahí nos suben al camión.

Deportados por Trump: la incertidumbre en la frontera
A su llegada, el grupo de personas deportadas fue trasladado en unidades del Instituto Nacional de Migración.
En Tijuana, el espacio anunciado como albergue para recibir a los deportados por Trump sigue sin iniciar operaciones por lo que el grupo terminó en la Casa del Migrante, un lugar atendido por la sociedad civil.