Lo nuevo, la novedad, el borrón y cuenta nueva, el expediente limpio, tan parecidos a lo puro, a la página en blanco, a la expiación del pecado; me recuerdan que ni por muy lejos que me vaya, ni por muy nuevas que sean mis prendas, dejo de ser quién soy, ni los otros dejan de ser quienes son… la vida tiene algo seguro y esto es únicamente la impermanencia… Comenzar un ciclo necesariamente implica esperanza, lo que es casi igual a tener espectatitivas determinadas.
Pero dicen que hacer lo mismo y esperar resultados diferentes es francamente una locura. Entonces ¿qué es lo que tiene que cambiar para obtener los anhelados resultados? ¿mis métodos, mis estrategias? ¿hago estrategias, realizo estadísticas, investigo, hipotetizo y conluyo sobre un tema determinado para buscar en qué he fallado anteriormente? Lo más seguro es que no, que me compro la del gimnasio y restricción de calorías si quiero bajar de peso, la de cursos
especializadísimos si quiero una nueva hablilidad, la de disminuír mi uso de redes sociales y conocer más personas en mis cursos de salsa, ja, ja, ja… y el ciclo de ciclos se ríe de mi a carcajadas…
Si algo hay de cierto en todo este caudal de propósitos de año nuevo es que son un mapa de lo que nos gustaría hacer y ser, de nuestras imposiciones, nuestras arbitrariedades, nuestras tiranías, nuestras inflexibilidades, nuestra incapacidad para reconocer que así, como se llega, hoy, hay que abrazarse y agradecerse con respeto.
Tal vez el próximo año, lo que más deseo sea poder seguir siendo autocrítica, ahí está el tesoro, pero no en la autocrítica que asesina, que lapida, sino la que me permite ser compasiva y cariñosa, la que abre la puerta a la posibilidade de visualizarme como un ser capaz de ser diferente, de poder apreciar un mismo comportamiento desde el ángulo que me perdí, el que no me dejó comprender la clave para modificarlo, y que, generalmente, pasa por la incesante tiranía que me exige lo mismo, siempre lo mismo, siempre lo mismo: ser quién no puedo ser. Desear lo imposible. No por el deseo per se, sino por lo imposible. No hablo de ideales sino de candados, no de posibilidades sino de prohibiciones…
Entonces, tal vez el propósito de este año nuevo será agradecer no poder ver lo que no me permité cumplir mis propósitos…
Y abrazar la certeza de que lo que tengo, es la vida y un montón de gente rota, hermosa, infinita, que me honra con el reflejo de esta vida que soy.