Edgar y Bety son una pareja que en compañía de su hija adolescente fue a entregarse en la garita de Tijuana para solicitar asilo.
Ahí, autoridades migratorias arrestaron a la familia obligándolos a firmar una serie de documentos que posteriormente descubrieron no eran más que la orden de deportación.
Como ellos, decenas de familias que fueron guiadas por rumores y desinformación, han llegado a albergues de Tijuana tras pasar por la misma situación.
Familia es deportada tras intentar entregarse en la garita de Tijuana
Edgar y su familia provienen de Orizaba, Veracruz. Ellos recorrieron México para llegar a Tijuana luego de escuchar que supuestamente, entregarse en la garita era una opción para solicitar asilo en Estados Unidos.
En entrevista, comentaron su experiencia tras pasar dos días bajo arresto en uno de los centros de detención que comúnmente son conocidos como “hieleras”.
“Nos detuvieron porque queríamos arreglar lo de nuestra cita de CBP One pero no nos escucharon y mejor nos arrestaron, nos tuvieron dos días ahí en la hielera, hace mucho frío”, señaló el padre de familia.
Explicó que es fácil conocer a personas que difunden el rumor de que pueden entregarse en la garita, además de que el tiempo de espera con la aplicación CBP One es prolongado.
Por otra parte, detalló que la estadía en las llamadas hieleras es complicada pues las condiciones no son las más optimas.
Firmaron su deportación y no sabían
Bety por su parte, refirió que en el arresto les dieron documentación que les ordenaron firmar sin siquiera saber inglés.
“Venimos pidiendo asilo y solo dicen firma ahí cuando nosotros no sabemos que es la deportación y yo les dije “quiero asilo, necesitamos un juez” y se hacen los que no escuchan”, afirmó.
La documentación con la que fueron expulsados, era un aviso de que se hicieron acreedores de una sanción de cinco años sin poder intentar realizar algún trámite en Estados Unidos.
Es nuestro sueño y no lo vamos a perder
Para Edgar, su esposa e hija, el regresar a su natal Veracruz no es opción. Tampoco consideran viable el intentar asentar su vida en una ciudad como Tijuana.
Ante la situación, la familia se prepara para buscar otras alternativas con las que logren internarse en el vecino país.
“Vamos a volver a intentar meternos, tenemos que llegar allá cueste lo que cueste porque ese es nuestro sueño y no lo vamos a perder”, sentenció el padre de familia.
Población en albergues incrementa drásticamente
Ante esta situación, el padre Patricio Murphy director de la Casa del Migrante en Tijuana destacó un importante aumento en la llegada de familias deportadas.
Expuso que en el último mes la capacidad de atención del albergue que dirige se ha visto al límite.
Lamentó que la desinformación y los que él llamó “noticias de comadres” estén influyendo en la decisión que toman las familias al migrar.
“Hay mucha falta de información en el sur sobre lo que está pasando, no puedes entregarte si no tienes cita de CBP One, no puedes cruzar por nada”.
Hizo un llamado a la comunidad a que verifique la información a la que recurre al momento de salir de su lugar de origen.
“Son noticias de comadres, “vete, mi tío se fue” pero no dicen que fue con cita y no es como antes, no hay entrega en la frontera. No hay nada”, puntualizó.
No hay sensibilidad ante las deportaciones
Por su parte, José María García Lara, presidente de la Alianza Migrante en Tijuana y director del albergue Movimiento Juventud 2000, señaló una falta de sensibilidad.
“Están deportando a familias completas, ya no hay esa sensibilidad de decir “viene el núcleo familiar, hay que ver de qué manera lo ayudamos” a pesar de que pueden hacerlo” declaró.
Agregó las autoridades migratorias se han encargado de llevar a los núcleos familiares para que sean atendidas.
“Se incrementó, llegaron hasta cinco familias por día en menos de 5 días o casi una semana, casi se llena el albergue, me quedé sorprendido ante ello.
Si bien teníamos cien o ciento veinte migrantes aquí, de manera gradual empezamos a ver muy fuerte la llegada de más migrantes deportados”.
Comentó que, con el paso de los días, varias familias han optado por acercarse a familiares o conocidos que se encuentran en la ciudad.
Otras tantas tomaron la decisión de regresar a su lugar de origen tras lo ocurrido.
Y entre la población que permanece esperando su cita de CBP One dentro del albergue, se vive un ambiente de incertidumbre y desesperación.
Mientras siguen ocurriendo casos de personas y familias que acuden para entregarse en la garita sentenciando su situación migratoria a repercusiones irreversibles.