18 de abril de 2025

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De migrante a ciudadana: Venezolana consigue la naturalización mexicana en Tijuana 

Alexandra llegó a Tijuana en 2018 y tras decidir quedarse en esta ciudad fronteriza decidió tramitar la naturalización mexicana.
Alexandra llegó a Tijuana en 2018 y tras decidir quedarse en esta ciudad fronteriza decidió tramitar la naturalización mexicana.

Alexandra es una mujer de 35 años nacida en Venezuela, que se adaptó tan bien la dinámica tijuanense que tramitó la naturalización mexicana.  

Hoy en día celebra su nueva nacionalidad en esta ciudad.  

La situación política de su país “la gota que derramó el vaso” para migrar 

Alexandra proviene de una familia reconocida en Venezuela y que debido a su condición fue víctima de intentos de extorsión y secuestro.  

Relató que la situación era complicada, sin embargo, no contemplaba salir de su país de forma definitiva, lo cierto es que no pensó en llegar a tramitar la naturalización mexicana.

“Lo que fue la economía del país, que se fue de pico para abajo, fue la gota que derramó el vaso. Podía vivir allá bajo ciertos parámetros, la calidad de vida se degradó mucho”, explicó.  

Así, tomó la decisión de viajar a Tijuana, donde la esperaba su entonces pareja que con seis meses de anticipación llegó a la ciudad y estableció lo necesario para iniciar de nuevo.  

La adaptación a Tijuana y su solicitud de refugio 

Con un primer empleo “por debajo del agua” como ella lo llamó, Alexandra obtuvo sus primeros ingresos en una pizzería.  

Si bien no era un trabajo relacionado a su carrera como economista, fue la oportunidad ideal para empezar a descubrir cómo es la zona centro de Tijuana.  

A punto de que concluyera su estadía regular en México, salió del país para regresar e iniciar su proceso de solicitud de refugio.  

“Yo ahí expliqué la situación, tenía los papeles de las extorsiones, los secuestros que tuvo mi papá y todo eso”.  

Una vez iniciado el proceso, tuvo que presentarse cada semana en la oficina del Instituto Nacional de Migración para firmar y confirmar que seguía en la ciudad.  

“Después de ese proceso me hicieron una entrevista, no sé si era un presidente pero era un “chivo pesado” como decimos en Venezuela, pero era de COMAR” 

Una solicitud con suerte  

Al poco tiempo de que Alexandra realizó su solicitud de refugio, llegó la llamada “caravana centroamericana” y su documentación fue ingresada con mayor velocidad.  

Así el proceso que le pudo haber tomado hasta un año, fue regularizado en menor tiempo.  

Comentó que su idea siempre fue el llevar todos los trámites de forma ordenada para evitar que, por caer en prácticas irregulares, la quisieran deportar a Venezuela.  

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Además, detalló que tampoco le resultó un trámite caro ya que la mayor inversión fue por el pago a un abogado que llevó su caso.  

“Al principio me costó mucho ir los seis meses allá (oficina del INM) porque me quedaba muy lejos de donde resido.  

Pero era como el sacrificio que había que hacer”. 

Terminar de establecer su hogar, el paso para la naturalización mexicana  

La madre de Alexandra tomó la decisión de llegar a Tijuana para junto a su hija continuar con su vida lejos de la situación venezolana ya vivió persecución política.

Ahora ambas iniciaron un emprendimiento para poder obtener mejores ingresos, sin embargo, la joven no podía acceder a créditos en este país a causa de su condición migratoria.  

“Cuando iba a pedir créditos me decían ‘no es que tú no eres mexicana necesitas el INE’, eso fue lo que me llevó. 

 También porque al final yo decía, necesito estar aquí bien, la residencia me da beneficios a muchas cosas, pero yo quiero todo el pastel, fue cuando empecé el proceso”.  

Así con el apoyo y asesoría de ACNUR, inició la recopilación de documentos para cumplir con los pasos rigurosos que implica la naturalización mexicana.  

El haber sido organizada con el trámite y la obtención de los documentos que requirió, permitió que su naturalización mexicana llegara en pocos meses.  

Una venezolana “amañada” a Tijuana  

A seis años de su llegada a Tijuana, Alexandra asegura sentirse “amañada” (adaptada) a la ciudad.  

Hoy su vida laboral ya no es en un negocio de alimentos si no en un call center en donde gracias a su buen dominio del idioma inglés, ha logrado una estabilidad económica.  

Y contenta ya con su naturalización mexicana presume lo bien que se ha incorporado a la dinámica local e incluso su gusto por comer tacos.  

“Me han dado una bienvenida mucho más bonita de lo que yo pude haber tenido si me iba a Estados Unidos, por ejemplo”.  

El tijuanense es muy interesado en la persona externa, lo hacen sentir muy cómodo, ver la parte que son los tijuanenses de verdad”.  

Alexandra está en espera de que madre cumpla el tiempo necesario en la ciudad para también solicitar la naturalización mexicana.  

De igual forma, no descarta próximamente solicitar su crédito Infonavit y como todo mexicano, obtener su patrimonio en Tijuana.  

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