Cuando Estados Unidos anunció la confiscación de 32 dominios de internet relacionados con los esfuerzos rusos para acosar a los votantes estadounidenses mediante desinformación antes de las elecciones presidenciales de noviembre, los fiscales destacaron el uso de la inteligencia artificial (IA).
La operación rusa, conocida como Doppelganger, dirigió a usuarios de internet y redes sociales hacia noticias falsas utilizando diversos métodos, según los documentos de acusación. Algunos anuncios, “en ciertos casos, fueron creados empleando inteligencia artificial”.
También se utilizaron herramientas de IA para “generar contenido, como imágenes y videos, destinados a anuncios negativos sobre políticos estadounidenses”, agregó la acusación.
Y Rusia no es el único país que recurre a la inteligencia artificial con la intención de influir en los votantes de Estados Unidos.
“Irán y Rusia son los principales actores que hemos identificado usando esta tecnología en procesos electorales, aunque también hemos observado, como señalan algunas empresas privadas, que China ha empleado IA para difundir narrativas divisoras en Estados Unidos”, indicó un alto funcionario de inteligencia, bajo anonimato por tratarse de información sensible.
“Hemos visto que actores extranjeros utilizan la IA para crear su contenido más rápidamente y adaptar de forma más convincente su material sintético en formatos de audio y video”, añadió el funcionario.
Sin embargo, otros funcionarios estadounidenses señalan que, hasta ahora, el uso de IA para difundir información errónea y desinformación en el período previo a las elecciones no ha alcanzado el nivel de algunas de las advertencias más graves sobre el impacto que los deepfakes y otros materiales generados por IA podrían tener en el panorama político.
“La IA generativa no presentará nuevas amenazas en este ciclo electoral”, afirmó Cait Conley, asesora principal de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), la agencia encargada de la seguridad electoral.
“Lo que estamos observando es consistente con lo que esperábamos”, señaló Conley en declaraciones a la Voz de América.
La IA “está exacerbando amenazas ya existentes, tanto en el ámbito cibernético como en campañas de desinformación y operaciones de influencia extranjera maligna”, indicó. Sin embargo, poco de lo que se ha observado ha sorprendido a CISA o a los gobiernos estatales y locales que organizan las elecciones.
“Este tipo de amenazas no es nuevo para ellos”, añadió Conley. “Han tomado las medidas necesarias para estar preparados y responder de manera efectiva”.
Como ejemplo, Conley mencionó una serie de llamadas automáticas en New Hampshire antes de las primarias de enero, que usaron un audio falso del presidente Joe Biden para instar a las personas a quedarse en casa y “guardar su voto”.
El fiscal general de New Hampshire actuó rápidamente, denunciando las llamadas como un aparente intento de suprimir votos e informando a los ciudadanos que el incidente estaba bajo investigación.
En mayo pasado, los fiscales acusaron a un consultor político de Luisiana en relación con este plan.
Más recientemente, el uso de IA llamó la atención debido a un supuesto respaldo de una celebridad en la carrera presidencial, cuando una inteligencia artificial de Taylor Swift promovió falsamente la candidatura de Donald Trump.
“Me enteré recientemente de que una IA ‘mía’ estaba apoyando falsamente a Donald Trump“, escribió Swift en Instagram, aclarando que votaría por Kamala Harris y Tim Walz.
A pesar de la atención que ha recibido la IA, los expertos señalan que su uso en ataques y operaciones de influencia ha sido limitado.
“No hay una gran cantidad de tecnología de este tipo operando de manera exitosa en este momento, al menos que yo sepa”, dijo Katie Gray, socia principal de In-Q-Tel, una firma de inversión estratégica centrada en tecnología de la CIA.
“La mayoría de los atacantes no utilizan los métodos más sofisticados para penetrar los sistemas”, afirmó el 4 de septiembre durante una cumbre de ciberseguridad en Washington.
Algunos expertos sugieren que, al menos por ahora, los temores sobre la IA han superado su utilidad para los actores maliciosos.
“Nos hemos adentrado en la ciencia ficción apocalíptica”, comentó Clint Watts, ex agente del FBI y director del Centro de Análisis de Amenazas de Microsoft (MTAC).
“Pero en realidad, el principal desafío es acceder a estas herramientas [de IA]”, explicó Watts, también en la cumbre de ciberseguridad.
En los últimos 14 meses, MTAC ha registrado cientos de casos de uso de IA por parte de China, Rusia e Irán. Sin embargo, Moscú y Teherán han enfrentado dificultades para acceder a una caja de herramientas completa de IA.
Los rusos “necesitan crear sus propias herramientas desde cero porque temen ser desconectados de los sistemas occidentales”, dijo Watts.
Irán está aún más atrasado.
“Han probado diferentes herramientas”, señaló Watts. “Pero en general, no pueden acceder a la mayoría de ellas”.
Además, los adversarios de Estados Unidos enfrentan retos relacionados con los requisitos necesarios para que la IA sea eficaz.
“Lanzar grandes operaciones con IA no es barato”, comentó Watts. “La infraestructura, los modelos y los datos necesarios para entrenar la IA siguen siendo un desafío”.
Hasta que los productos generados por IA mejoren, los intentos de deepfakes probablemente tendrán dificultades para resonar en el público objetivo.
“El público ha demostrado ser muy hábil detectando deepfakes. Cuanto más observas a alguien, más fácil es notar que algo no está bien”, explicó Watts. “Los actores rusos que hemos visto han intentado deepfakes, pero han vuelto a las manipulaciones más sencillas de video”.
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