El desplazamiento y la migración son indispensables en la configuración del mundo.
Migrar es un derecho humano, de igual manera la preservación y reinterpretación de los usos y costumbres de la cultura donde se pertenece, pero ¿cómo, a pesar del proceso penoso y violento que implica migrar, es posible rescatar la identidad que nos determina? Nuestro patrimonio intangible es y será siempre el pensamiento y su capacidad crítica.
El reconocimiento y la reinterpretación de la cultura donde nacemos, nos permite adaptarnos a una nueva identidad que no se diluye, si no que se reivindica desde la dignidad.
El artista migrante revalora y se adapta desde su cultura hacia la diversidad de lo desconocido: genera nuevas redes y técnicas, utiliza nuevos recursos para su publicación, plantea nuevos paradigmas, las tecnologías de la comunicación son indispensables para este propósito.
El joven que dibuja el monte cerca su casa, donde vivía, el relato escrito sobre la razón de migrar y cómo se llevó a cabo, documentar con fotos el proceso son ya expresiones que se pueden considerar arte.
Contrario a lo que generalmente se piensa, el arte no está circunscrito a las esferas elitistas que con frecuencia lo representan, el arte lo hace cualquier persona que tenga necesidad de expresarse a través de una herramienta y una técnica determinada: una guitarra, un cuaderno, una cámara, el cuerpo para danzar, la voz para cantar… y sobre todo el pensamiento y la imaginación: la capacidad creativa. Quiero decir que primero surge la necesidad de expresar, de “decirse” y después se estudia, o desarrolla la técnica.
El arte migrante, por llamarlo de una forma, es flexible más que nunca, quiere decir que utiliza los recursos de la tecnología y de las diferentes culturas y se diversifica en formatos novedosos para impactar a la sociedad de la nube, pero también a la comunidad inmediata, que está en constante transformación.
Es posible afirmar que en la actualidad no hay una expresión artística con mayor rango creativo que el que desarrollan las comunidades de artistas migrantes. La migración es producto de un cambio social, es necesario hacer visible las problemáticas y las necesidades, a través de sus representaciones artísticas, lejos de los valores materialistas, acercar a las comunidades a la experiencia y desarrollo de alguna diciplina artística, se convierte en la diferencia entre poder desarrollar el potencial humano, o detener su evolución.