“El agua de mar tiene un potencial terapéutico y nutricional desconocido por la mayoría de médicos, y que puede ser la solución a múltiples problemas de salud. El agua de mar ha demostrado resultados asombrosos en pacientes con enfermedades como cáncer, hipertensión, diabetes, enfermedades de la piel y más”. Contenidos en redes sociales como TikTok (aquí, aquí y aquí) y X (antes Twitter) indican que beber agua de mar tiene supuestos beneficios para la salud: que adelgaza, que es antibacteriana, que desintoxica o que cura enfermedades, entre otros.
Pero nada de esto es cierto. Beber agua de mar es dañino para la salud. No hidrata -que es una de las principales funciones de beber agua- sino que aumenta el riesgo de deshidratación, e incrementa el la posibilidad de sufrir infecciones y enfermedades, ya que no ha pasado ningún control de desinfección o potabilización.
Por qué el agua del mar deshidrata: la ósmosis
Beber agua de mar es tóxico para los humanos, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).“Si bien los humanos pueden ingerir pequeñas cantidades de sal de manera segura, el contenido de sal en el agua de mar es mucho mayor de lo que puede procesar el cuerpo humano”, afirma la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
Sabemos que el agua del mar deshidrata el organismo porque este líquido tiene una salinidad (concentración de sal en agua) más alta que la del plasma de nuestra sangre.
El cuerpo humano cuenta con un sistema llamado ósmosis. Gracias a él, se regula y consigue que la salinidad del interior y del exterior de las células sea la misma. Al beber agua de mar en lugar de agua potable, la salinidad del exterior de las células aumenta y estas expulsan agua del interior para intentar equilibrar su concentración de sal.
Esquema del proceso de ósmosis según diferentes salinidades. En una célula humana se intenta que la cantidad de salinidad sea la misma tanto dentro como fuera de ella, expulsando agua o permitiendo que entre en mayor cantidad. Fuente: Wikimedia/OpenStax
Por este motivo, después de beber agua de mar, una persona tendrá más ganas de orinar: el cuerpo necesita expulsar el agua que han liberado las células para reducir poco a poco el nivel de salinidad.
La NOAA explica que nuestros riñones sólo pueden producir orina menos salada que el agua salada. “Por lo tanto, para deshacerte de todo el exceso de sal que se ingiere al beber agua de mar, hay que orinar más agua de la que bebiste”, indica el organismo, que destaca que, con el tiempo, puedes acabar muriendo de deshidratación.
El agua de mar no ha pasado ningún proceso de desinfección y potabilización
Además del riesgo de deshidratación, el agua de mar es un líquido que no ha pasado ningún tratamiento que la haga apta para el consumo humano. Eso quiere decir que contiene microorganismos y patógenos que pueden provocar enfermedades.
Beber accidentalmente 1 o 2 tragos de agua de mar mientras te estás dando un baño no supone un riesgo. Otra cosa diferente es beber conscientemente agua de mar en sustitución del agua potable y tratada. En ningún caso beber agua de mar es una práctica recomendable.
La potabilización del agua es un proceso complejo y con varias reacciones físicas y químicas para eliminar del agua bruta (de un embalse, manantial o incluso del mar) minerales innecesarios, contaminantes y materiales orgánicos perjudiciales y hacerla apta para consumo humano. En este artículo de iAgua, medio especializado en la gestión del agua, explican paso a paso cómo se hace.
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