México es un país con mucha fe. En el fútbol para llegar al quinto partido con la Selección Mexicana, en la llegada de los seres queridos en Día de Muertos y cada que llega diciembre, en la Virgen de Guadalupe.
Miles de personas, desde diferentes lados llegan a la Ciudad de México con imagénes de la virgen, objetos religiosos y mucha fe en que las y los ayudará con las causas dificiles.
Visitar a la Virgen de Guadalupe
Cuando uno camina por Calzada de Guadalupe, puede escuchar un sinfín de ruidos, cantos y gritos de las personas que quieren entrar al recinto histórico.
Pulseras, imagénes, ropa, figuras de la Virgen, comida y hasta la recaudación de firmas para un candidato independiente se puede ver a lo largo de la gran avenida donde los fieles transitan.
Grandes grupos con grandes representaciones de la morenita caminan de forma apresurada hacia las puertas de la Basílica de Guadalupe.
“Permiso, permiso va pasando la madre de México”
Hay que recordar que hay dos edificios que corresponden a la Básilica en donde llegan los fieles. La primera Basílica de Guadalupe fue cerrada por motivos de conservación y seguridad en 1976. Fue abierta nuevamente en el año 2000 para el Congreso Eucarístico Nacional, convirtiendose en una casa de oración.
La ‘nueva basílica’ abrió sus puertas en 1976 pensando en el gran aforo de las personas que querían cantar las mañanitas a la virgen.
Casas de campaña, cobijo de fe
Al lograr entrar por Calzada de Guadalupe puedes ver todo el panorama. personas en el piso porque están entrando de rodillas cumpliendo alguna manda o acostados descansando.
El camino es largo al final del día y la tranquilidad de haber llegado al destino después de tanto recorrer se refleja en lo apasibles que se ven sus rostros.
La Virgen de Guadalupe es la protagonista en todas partes.
Cuadros pequeños, medianos y grandes en las espaldas de los peregrinos se van adentrando poco a poco los diferentes espacios del lugar.
Algunos entran inmediantamente a la Basílica; otros se toman las fotos con sus familias repitiendo lo mismo:
“Ya llegamos madre mía, gracias por cuidarnos”.
Representaciones y bailes se encuentran en la explanada. Las y los peregrinos se aglomeran alrededor para ver a los artistas ofrecer su espectáculo.
La tranquilidad de una misa
Niñas, niños, hombres, mujeres y personas de la tercera edad escuchan atentamente la misa.
Mientras algunos de los peregrinos entran por una puerta para dejar sus ofrendas a la virgen, otros se sientan a escuchar la misa y entonar con los demás las canciones religiosas.
Si una persona va regularmente a misa, sabe que hay puntos clave para la ceremonia: la comunión, ‘dar la paz’, el momento donde todas y todos se ponen de rodillas.
Esta misa existe todo eso, solo que se le pide constantemente por los difuntos y enfermos de los distintos grupos de fieles que se presentan en el recinto.
De lo particular a lo general, pero todas y todos tienen la bendición. Por último, se pide a las y los presentes que aplaudan a la virgen.
Subir al Tepeyac con la Virgen de Guadalupe en la espalda
En las canciones dedicadas a la virgen, el cerro del Tepeyac es reconocido como el lugar en donde apareció para hablar con juan Diego.
Los peregrinos, al llegar a la Basílica, deciden subir a través de las escaleras y rampas que hay para emular el camino que el santo recorrió para encontrarla.
No importa si van en silla de ruedas, si son pequeños o adultos mayores. Todas y todos van con sus representaciones de la Virgen mientras avanzan por ese lugar histórico.
Cabe destacar que hay fuentes de los desesos, altares a la guadalupana y una iglesia hasta la punta del lugar.
Muchas personas encuentran ahí el paisaje perfecto para sus fotos, ya que desde arriba se ven las estructuras altas de las Basílicas y como siguen llegando los peregrinos en busca de agradar a la Virgen de Guadalupe.