Los migrantes que se encuentran en La Gran Manzana están haciendo de todo para poder sobrevivir en la que es una de las más grandes ciudades de Estados Unidos, muchos se han convertido en vendedores callejeros.
Tal como es el caso de Segundo Castillo, un inmigrante originario de Ecuador el que diariamente se levanta temprano para llevar el sustento a su casa.
Castillo se dedica a vender fruta, y es todo un reto mantenerla fresca en el calor tan extremo que se siente en Nueva York. Sin embargo, gracias a esta actividad, el cuatoriano puede mantener a su hija y a su esposa.
Ley que otorga permisos a vendedores callejeros
El verano pasado se abrió una ley local que otorga un permiso a las personas para poder vender en las calles, muchos de ellos se encuentran en la lista de espera.
No obstante, la mayoría de ellos no podrán competir ya que carecen de documentos, por lo que día a día se exponen a que puedan ser multados, ya que no pueden dejar de vender, pues es la única forma en la que obtienen un ingreso.

La ciudad de Nueva York entregó el pasado mes de abril, el control de la venta callejera al departamento de sanidad y ha dicho que mantendrá las restricciones.
Muchos vendedores callejeros se arriesgan a perderlo todo.
Los migrantes se arriesgan a hacer este tipo de actividades porque necesitan subsistir y al no contar con papeles no pueden ejercer en otro tipo de actividades.
Es por eso que salen a las calles a buscar el sustento para ellos y su familia, además comentan que también es una manera de salir adelante en Estados Unidos.
Por otro lado, representantes de las industrias restauranteras han mencionado que las nuevas leyes no eliminan del todo el mercado clandestino y en algunos casos lo catalogan como competencia desleal.
Con información de Voz de América