6 de diciembre de 2024

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Pulso CdMx | “El pan de cada día”

“Levantemos la voz contra esta ruta violenta silenciosa, junto con organizaciones que ya lo hacen. Visibilicemos el derecho a la movilidad humana, a la paz, y contra esta práctica mafiosa de extorsión y de violencia ya repetitiva conocida públicamente. ¿Qué más hubiera podido pasar? ¿Hasta cuándo México seguirá cómplice de la política migratoria inhumana del norte?”

Alas 19:00, en el Municipio General Escobedo, se detuvo la unidad 10163 de transporte Frontera, en la cual viajábamos rumbo a Monclova en pleno calor extremo, sin aire. El conductor subió a un policía municipal exigiendo papeles de las personas a bordo con agresividad. Pidió a unas personas venezolanas que se bajarán. Mi colega con valentía le dijo que no tenía esa facultad y nos dejará seguir nuestro camino por el retraso que llevábamos. A las 19:47 se volvió a orillar y se bajó. Me asomé, le pregunté si todo estaba bien. Enfrente de mí una estación del Instituto Nacional de Migración cerrada. Se regresó y nos encerró. Él seguía hablando a fuera por teléfono. Una pasajera intentó abrir la puerta. Tocó el claxon hasta que el conductor abriera y se subiera diciendo que estaba revisando el baño. Le pedimos que nos siguiéramos.

Cruzando Líneas | ¿A quién le toca más?

En plena oscuridad, casi sin pila, con poca señal. El autobús iba cada vez más lento como si esperara algo. Nuestros corazones latían cada vez más fuerte entre angustia y el calor insoportable. Los venezolanos se persignaban. Me compartían su miedo. Unos días antes unos policías estatales habían bajado a sus compañeros de un autobús similar, los secuestraron, robaron, mostrándome audios y fotos de las evidencias de tortura. Unos tenían sus papeles y varios tenían citas ya en la frontera para realizar su solicitud de asilo.

A las 21:16, se volvió a detener, a bajo varios policías estatales de Coahuila con armas largas. Uno saludó al conductor e inmediatamente nos alumbró a mi y a mi colega y nos pidió nuestras identidades. Lo mismo con los venezolanos que bajó con gritos del camión diciéndoles que ya venía migración. Marqué al mecanismo de protección de defensores de derechos humanos por segunda vez para pedir auxilio. Me ordenó que dejará el teléfono. Mientras le estábamos pidiendo que por favor los dejará en paz, me pegaba la pistola de su cintura contra mi hombro. “¡Bájate tú también!”. A lo que me rehusé con el apoyo de mi colega quien con calma le entregó un volante de nuestra organización explicándoles a lo que nos dedicábamos. Entregó el volante a su jefe. “Código 6” gritaron, dejaron subir de nuevo a los venezolanos ya despojados del poco dinero que llevaban y seguimos. Llegando a Monclova por fin, los venezolanos bajaron también por el miedo a seguir. Le reclamamos al conductor evidenciando sus manías inhumanas, criminales y por ponernos en peligro. Me despedí de los venezolanos a quienes apoyamos para que siguieran su viaje en otro transporte.

“¡Eso es pan de cada día!” me comenta la señora a mi lado frente a mi indignación: “los bajan, los roban, los violentan y se los llevan”.

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¿Cuál es la responsabilidad y la implicación en estas agresiones, intimidaciones y violaciones expresas a los derechos humanos del Alcalde de General Escobedo Andrés Mijes Llovera, del Gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme Solís, de los operadores y los directivos de la línea de autobuses Frontera, Estrella Blanca? ¿Cuánto dinero recibirán todos por esas extorsiones y violencias? ¿Qué hacen la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿Funciona el mecanismo de protección a defensores?

Levantemos la voz contra esta ruta violenta silenciosa, junto con organizaciones que ya lo hacen. Visibilicemos el derecho a la movilidad humana, a la paz, y contra esta práctica mafiosa de extorsión y de violencia ya repetitiva conocida públicamente. ¿Qué más hubiera podido pasar? ¿Hasta cuándo México seguirá cómplice de la política migratoria inhumana del norte?

AURELIEN GUILABERT

Politólogo y maestro en Gestión de Proyectos y Cooperación Internacional, soy fundador de Espacio Progresista A.C, que se dedica a analizar, proponer e incidir en la elaboración de soluciones progresistas para mayor bienestar e inclusión social.