¿Te imaginas ser separado de tu familia por una deportación irregular? ¿No poder despedirte de familiares por estar detenido? Álvaro Sánchez Aguilar ha padecido eso por más de una década.
Álvaro llegó a Estados Unidos a los siete años. Nació en Colima en el año de 1978, pero fue en el país vecino donde creció y afianzo su vida.
Actualmente tiene 44 años y platicó con Conexión Migrante para contar su historia.
Álvaro Sánchez Aguilar y su lucha contra las irregularidades
Álvaro, un hombre de familia que se dedicaba en Estados Unidos a ser DJ y a los labores de construcción fue victima de las irregularidades, teniendo como costo años de su vida y de convivencia con su familia.
El 2009 inició todo. Álvaro contrato a un abogado de nombre Theodhore A. Mahr para que arreglara unos papeles que su madre había “metido” cuando era niño.
Los papeles ya habían sido previamente aceptados, sin embargo se presentó la primera irregularidad que le costó 18 meses de prisión: Theodhore mintió a las cortes.
Durante el 2010, Álvaro recibió la carta del en ese entonces presidente de los Estados Unidos: Barack Obama, por lo cual se pensaba que ya había una solución.
Aunque también estaba avalado por la Corte Suprema de la Nación y se le otorgaba la ciudadanía al ser victima de los fraudes del abogado, llegó la segunda irregularidad: Álvaro fue deportado.
Para poder arreglar su situación tuvo que regresar a su hogar de manera irregular, o como se le llama comúnmente, ilegalmente. Su largo camino contra la injusticia continuo y padeció otros 30 meses en prisión. A pesar de las apelaciones y los fallos a su favor, fue nuevamente deportado.
Álvaro tiene evidencia de que se le debió haber entregado su mica para ser liberado en los Estados Unidos y poder continuar con su vida, pero no fue así.
En 2019 se le otorgó el permiso de pasar por un agente del CBP (U.S. Customs and Border Protection) pero fue arrestado y trasladado a San Diego sin que su caso tuviera alguna resolución.
Lo que ha perdido
Álvaro en todo este proceso ha perdido más que su tranquilidad.
“Mis hijos más chicos casi no me conocen”
Álvaro conformó una familia con Verónica. La mujer de 48 años y él formaron una familia con siete hijos.
Sin embargo, las pérdidas han estado presentes en toda su lucha por esclarecer su estatus migratorio.
“A mi me falleció un hijo y yo estaba ahí encerrado […] se llamaba Adrián Manuel. Estaba recién nacido”
Aunque él comenta que estaba preso a tres cuadras de donde estaba su hijo, no se le dio el permiso para poder ir a despedirlo.
“Mandé cartas cuando todavía estaba vivo. Cuando estaba conectado y no sabían si iba a vivir y no me dejaron”
Las enfermedades también han afectado a la familia de Álvaro, ya que su mamá sufrió de una embolia y a pesar de que ha explicado la situación a las autoridades no lo han dejado estar con ella.
A todas estas situaciones, se suma la muerte de su padre quien falleció de cáncer en Colima.
También tuvo que padecer en sus estancias dentro de prisión la convivencia con personas condenadas por homicidios, trafico de drogas y otros delitos. Su condena era simplemente por “entrar de forma ilegal”.
“Corres el riesgo de que te maten. Los derechos humanos no los respetan”
Cabe destacar que buscó la ayuda de las embajadas y menciona que “solo te ayudan si es un caso de pena de muerte”.
“No ha cambiado nada”
Actualmente, Álvaro no conoce los resultados de la ultima apelación, ya que el abogado que lo estaba defendiendo, de acuerdo con sus palabras, encubrió evidencia y no le dice que fue lo que paso.
Álvaro platicó con el embajador de los Estados Unidos Ken Salazar y con el Director Municipal de Atención al Migrante en Tijuana Enrique Lucero, quien lo bloqueo en Twitter.
“Yo quiero entrar a Estados Unidos y ver a mi mamá con vida, después ya no sería lo mismo. Estar con mis hijos, no es lo mismo estar en contacto solo a la distancia”
Apelaciones, quejas, reuniones, mensajes por redes sociales y Álvaro lo tiene claro: “No ha cambiado nada”.