Tijuana.- A este lugar llegan mujeres migrantes para atender sus embarazos con medicina alternativa y natural: La Partería, una clínica ubicada en Tijuana.
Las migrantes atraviesan países enteros para llegar al norte de México, algunas embarazadas y otras con riesgos de aborto.
Una voluntaria revisa el cuerpo de una paciente, ambas con el mismo tono de piel: café cobre. Sus cabellos salvajes y rizados también son similares.
En medio de una revisión se sonríen. Termina de sobarle la panza y le agenda una nueva consulta en La Partería y Medicinas Ancestrales.
Janine, una migrante embarazada de casi 30 semanas, está a punto de parir.
Nace La Partería, un espacio para mujeres migrantes
En 2016 Ximena Rojas creó la Partería y Medicina Ancestrales, un centro médico para atender migrantes embarazadas.
Se trata de una comunidad minoritaria que históricamente no han tenido acceso a un derecho universal: la salud.
“Las cifras son brutales”, dice, “cuatro de cada 10 embarazos no se logran, pero cuando se trata de migrantes embarazadas ese número se dispara porque más de la mitad no logran ser mamás, por ellas y para ellas nació La Partería”.
La clínica está ubicada justo a un costado de otros refugios para migrantes y casi a unos pasos del muro que divide ambos países.
Funciona con el trabajo de voluntarios que incluyen personal de Haití, quienes ayudan a traducir en creole para migrantes embarazadas de ese país.
Mujeres migrantes de más de 50 países atendidas en la clínica
Desde su creación hasta la fecha han atendido migrantes embarazadas de más de 50 países.
-El Salvador
-Honduras
-Guatemala
-Rusia
-Ucrania
Y otros más.
Ximena Rojas, un compromiso con las mujeres migrantes
Ximena estudió una licenciatura en Enfermería y Obstetricia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se graduó de la Escuela de parteras profesionales Mujeres Aliadas, su sueño, un servicio de salud digna para todas sin distinción.
Cada día una fila de mujeres esperan afuera del edificio de dos pisos para entrar a consulta.
Algunas dan seguimiento a sus embarazos con revisiones de rutina mientras que otras llegan con problemas mas avanzados.
“Llegan en muy malas condiciones y a veces ni una muestra de orina nos pueden entregar de lo deshidratadas que llegan… La deshidratación es gravísima para una mujer embarazada. Tampoco tienen acceso a un baño en los albergues y o agua potable”, lamentó.
Atienden entre 10 y 15 partos al mes; algunas no logran embarazos
En un mes seis mujeres que no lograron sus embarazos.
Todas habían asistido a hospitales públicos con diagnósticos como infecciones urinarias o vaginales, las principales causas de un aborto involuntario.
Antes de construir este espacio, Ximena atendía pacientes desde la cajuela de su carro, en él se trasladaba a la Garita y allí platicaba con migrantes embarazadas.
Actualmente realizan entre diez y 15 partos al mes gratis, además visitan albergues en la ciudad para apoyar a quienes no tienen acceso a un cuidado digno.
“La vida quiere vivir, son mujeres y bebés resilientes que sobreviven las circunstancias, son discriminados antes de nacer porque son rechazados de los hospitales y con todo en contra llegan a este mundo, respiran fortaleza”.