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OPINIÓN | La oportunidad de hacerlo mejor…

El gobierno mexicano tiene la oportunidad de hacerlo mejor y centrar su política y acciones en los pilares de la Declaración de Los Ángeles.

El pasado 10 de junio finalizó la IX Cumbre de las Américas con la firma de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección. Aunque reconocemos que los compromisos de colaboración entre los países de las Américas para proteger a las personas con necesidades de protección y la ampliación de vías regulares para las más de 18 millones de personas en movilidad en nuestra región son un paso importante, aún el fortalecimiento de las políticas de recepción e integración son un pendiente.

Transitar de políticas de contención a unas de integración no es ni será un camino fácil. En 2021, el Instituto Nacional de Migración registró más de 307 mil eventos de detención migratoria a lo largo del país, de los cuales 33% fueron de mujeres y 25% de niñas, niños y adolescentes. En el mismo año se realizaron 114 mil 366 deportaciones y se otorgaron 87 mil 174 estancias por razones humanitarias. Mientras que en los aeropuertos se rechazó a más de 74 mil personas, de las cuales más de 46 mil provenían de Ecuador, Brasil, Colombia y Venezuela. Las cifras cada vez más van rompiendo récords. 

No obstante

El gobierno mexicano tiene la oportunidad de hacerlo mejor y centrar su política y acciones en los pilares de la Declaración de Los Ángeles. Promover comunidades estables en lugares de origen, tránsito, destino y retorno es posible. Como país donde confluyen las diferentes caras de la migración tenemos la oportunidad de promover políticas de recepción para las diferentes poblaciones en movilidad y crear comunidades estables, tanto para las personas del continente que necesitan protección, las poblaciones que requieren vías regulares de migración, así como para las comunidades retornadas a México.

En materia de vías regulares y de protección internacional. México cuenta con un marco amplio de protección y mecanismos legales para promover vías para la migración regular, no obstante, es urgente fortalecer sus instituciones, por ejemplo, es primordial asignar mayor presupuesto a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) para que ésta pueda ampliar su capacidad humana y financiera para recibir y adjudicar solicitudes de asilo en todo el país de forma expedita. En 2021, de las 131 mil 400 solicitudes de asilo recibidas, COMAR solo tuvo la capacidad de procesar el 29% del total ante la falta de capacidad y el rezago de años anteriores. A la par se deben implementar las provisiones establecidas en la Ley de Migración que permiten la expedición de visas humanitarias, de residencia temporal y permanente (incluyendo migración laboral y reunificación familiar) para promover la migración regular desde los Consulados mexicanos en Centroamérica y otros países del continente que han sido subutilizadas. 

Gestionar la migración de forma más humana

Implicaría alejarse de políticas y acciones que criminalizan a las personas migrantes al detenerlas y deportarlas, medidas que se ha comprobado no han disuadido la migración, por el contrario han vulnerado los derechos de las personas, situación que se agrava conforme al género, etnicidad, orientación sexual, discapacidad y grupo etario. Los abusos, violencia institucional, extorsiones, secuestros, y masacres han sido devastadores, pero la migración continua a pesar del peligro que existe en México porque las personas toman decisiones de sobrevivencia.   

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Pero sobre todo es urgente colaborar en una estrategia compartida para reducir, mitigar y gestionar la migración. En vez de colaborar en la violación de derechos a través de la participación en políticas comoTitulo 42 y “Quédate en México“, el Estado mexicano debe reorientar sus políticas hacia la recepción e integración, de la misma forma que lo pide para las 11 millones de personas mexicanas que residen en Estados Unidos. En las Américas existen ejemplos claros del éxito en la integración. En Colombia, el gobierno entregó más de un millón de documentos humanitarios a la población venezolana con una vigencia de 10 años. Ecuador, Perú y Costa Rica también han implementado programas de protección, regularización e integración. 

Como firmantes de la Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección, México se comprometió a

“proteger la seguridad, dignidad, derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo, desplazadas y apátridas independientemente de su situación migratoria”.

Hoy es el momento de pasar de la retórica a los hechos, de hacerlo mejor y gestionar la migración desde un enfoque de derechos humanos, como sociedad civil  estamos dispuestas a colaborar en conjunto para trazar un plan que trace los pasos hacia una mejor política migratoria en México y las Américas.