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César Gamboa y cómo existir en Estados Unidos

César Gamboa dirige la organización Por un México Migrante. | Foto: Cortesía
César Martínez Gamboa, ha dedicado su vida a auxiliar a la comunidad migrante desde el gobierno americano, mexicano y diversas organizaciones sociales.

César Gamboa no conoció personalmente al padre de Madeline, una niña de dos años que falleció a principios de abril en Los Ángeles, California. 

A través de Por un México Migrante, la organización que dirige Gamboa, el padre y la abuela de Madeline pudieron viajar desde Zapopan hasta Estados Unidos con una visa humanitaria y conseguir un lugar donde enterar a la pequeña.

Esta familia es sólo una de las 4 mil personas que han recibido apoyo de César y su organización.

Infancia migrante

César Martínez Gamboa, nació en Guadalajara, Jalisco el 3 de mayo de 1977 y ha dedicado su vida a auxiliar a la comunidad migrante desde el gobierno americano, mexicano y diversas organizaciones sociales.

A sus 11 años, César deja el municipio de Zapopan para ir a la ciudad de Delano, California. Sus padres, un técnico radiólogo de Jalisco y una profesora normalista de Veracruz, le dijeron a él y a su hermana mayor que tendrían que viajar a Estados Unidos en búsqueda de un tratamiento para una enfermedad que su madre padecía.

“Nos dieron la noticia y tres meses después ya estábamos todos en California. Fue llegar a un lugar desconocido, con mucha incertidumbre”, comenta César.

César tuvo que adaptarse a un nuevo sistema de relaciones y costumbres sin ayuda de conocidos, amigos o al menos un idioma que conociera, sin mencionar los prejuicios de los jóvenes americanos.

“Muchos ya habían nacido en Estados Unidos o habían llegado más jóvenes y ya tenían un camino más avanzado respecto a conocimientos y al idioma. De todo lo que para mí era nuevo en ese entonces”. 

Sin embargo, su voluntad pudo más y una vez adaptado a las costumbres americanas, César arropó a los jóvenes migrantes con los que alguna vez se identificó.

Ayudar a los migrantes

Con 12 años, César les instruía, procuraba e incluso llegó a defenderlos a golpes en algún pleito juvenil a la hora que terminaban las clases.

“Aprendí que aconsejarlos era mejor que meterme en problemas. Guiarlos para que se adaptaran y aprendieran mejor el inglés, supieran donde estaban las aulas, cómo era el sistema, a qué hora era el descanso, donde podíamos ir a comer y más cosas”.

Durante el verano escolar, César laboraba en los campos agrícolas de Delano.

“Nos daban un permiso para ir a trabajar al field -al campo. -En ese tiempo me tocó convivir y conocer las necesidades de las personas y, sobre todo, saber las necesidades documentales: llenar formas de impuestos, documentación, matricula, pasaporte.”

Es en las pláticas durante el break cuando César conoce la urgencia de un sistema de apoyo y asesoría legal dirigido a la comunidad migrante. Es ahí cuando, sin saber que dedicará toda su vida a esa tarea, decide auxiliar los abusos burocráticos que sufren los migrantes en Estados Unidos. Licenciado en Derecho, Embajador de Paz y más.

La oficina de César en Los Ángeles destaca por las paredes asfixiadas de cuadros y marcos. Hay una bandera estadounidense al lado de una mexicana y un mapa del estado de Jalisco que están rodeados por diplomas y certificados.

Harvard, UCLA, Instituto de Berlín, Universidad de Guadalajara, Casa de representantes de Estados Unidos, Ciudad de Los Ángeles, Partido Estatal de California, Ciudad del Norte de Las Vegas, Coordinación Nacional de Abogados de México son algunas de las instituciones que han reconocido su labor.

El más reciente fue entregado por el Congreso del Estado de Jalisco por labor en favor de los migrantes el 19 de mayo del 2021.

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Conexión Migrante
Fuente: Facebook Dipp Gppan

Después de 3 años en California, César regresa a Jalisco y estudia Derecho Internacional en la Universidad de Guadalajara y Administración de Empresas en la Universidad Veracruzana.

“Empecé a hacer actividades políticas. A los 25 años llevaba asuntos de migrantes que no podían regresar al país de origen por cuestiones documentales y comencé a encargarme de esos asuntos”.

Por un México Migrante

Por un México Migrante tiene sedes en Jalisco, Aguas Calientes, Guerrero, Monterrey, Ciudad de México y Los Ángeles. 

La asociación civil se dedica a brindar asesoría en materia de trámites y apoyos consulares. De igual manera, las oficinas cuentan con abogados especializados en Derecho Penal, Familiar y Civil para atender las distintas problemáticas. También hay personas especializadas en declaración de impuestos.

“Es como un consulado, sin ser consulado, donde si no podemos ayudarlos con su trámite aquí los redirigimos a donde los puedan ayudar. Siempre a lugares económicos”.

Por un México Migrante no cobra sus servicios de asesoría ni de acompañamiento. En caso de que se deba pagar algo, es con las autoridades respectivas. César sólo acepta donaciones que sean proporcionales a lo que se pueda pagar.

Cómo existir en Estados Unidos

Invierno de 1989. Delano, California.

Un día, llegaron las formas para renovar la residencia. El padre de César trabajaba todo el día en los campos de uva y aun así no tenía dinero para pagar el trámite ni la asesoría.

De haber sabido sobre los programas para familias de bajos recursos que exentaba a la familia de César de ese pago, no hubieran solicitado el préstamo que hizo batallar a su padre esa navidad.

“Estuvimos caminando por la calle yendo a comprar el mandado, nos encontramos una rama seca. Mi madre dijo ‘mira está muy bonita para decorarla y ponerla’”.

Fue en una tienda de Todo por un Dólar donde compraron espuma de nieve, luces y esferas para decorar el árbol de esa navidad.

“Se veía maravilloso.”

Verano de 2022. Los Ángeles, California.

“Yo creo que es necesario el que haya centros no lucrativos que apoyen a la comunidad porque nuestros consulados son insuficientes”, comenta César.

Él piensa que Estados Unidos es un sistema que somete a la gente a trabajar, a veces a jornadas de 16 horas, incluso tener dos trabajos para tener un mejor recurso económico o poder solventar los gastos de renta luz, teléfono, seguros, comida.

“Me motiva que la gente acuda a nosotros para orientarlos y decirles: tú puedes llegar hasta donde tú quieras, pero regularicen su situación y si no pueden regularizar por diversas situaciones estén lo más apegado a la ley: Saquen su licencia de conducir, su matrícula consular, existan, paguen impuestos. Que existan en Estados Unidos.”

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