“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Esta es una de las frases por las que se recuerda a Martin Luther King, reconocido en la memoria histórica del mundo por su la lucha contra la segregación estadounidense y la discriminación racial, que lo hizo acreedor, en 1964, al Premio Nobel de la Paz.
Tras 54 años de que fuera asesinado, todavía es un personaje digno de conmemorar porque la lucha social que él impulsaba sigue vigente. El maltrato, la discriminación en contra de los migrantes, por ejemplo, son alusivos a los actos que él rechazaba.
Casi cinco años antes de su muerte, con precisión el 28 de agosto de 1963, frente a más de 250 mil personas reunidas en el Lincoln Memorial, el líder afroamericano pronunció una conmovedora pieza de oratoria: I have a dream o Yo tengo un sueño, por su traducción del inglés al español.
“Las personas negras todavía no son libres”, siguen “tristemente atenazada por los grilletes de la segregación y por las cadenas de la discriminación”…“no podemos estar satisfechos mientras las personas negras sean víctimas de los indecibles horrores de la brutalidad de la policía”, expresó en ese entonces.
Si Luther King viviera ese discurso lo estaría gritando aun, porque Estados Unidos todavía figura por los excesos y la violencia de sus fuerzas policiales que provocaron la muerte, por ejemplo, de George Floyd, ocurrida el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis, Minnesota. Este homicidio, competido por policías blancos en contra de un hombre negro, detonó protestas sociales similares a las de la década de los 60.
Y esta es una realidad que comparte Estados Unidos con México porque este segundo país, en sus fronteras sur y norte ha instalado un cerco policial que también se dedica a capturar a miles de migrantes que van en busca del sueño americano.
Entonces, la bala que mató el 4 de abril en 1968 a Luther King, en Memphis, Tennessee, no acabó con él, ni con sus ideas y tampoco acalló su voz. Por eso es recordado, cada año, en esta fecha.
Yolanda King, nieta del activista, dijo a Univisión, que su abuelo dejó la perseverancia como un legado para las generaciones actuales, porque del ser perseverante depende el cambio en un gobierno.
“El legado de mis abuelos es tan grande que a veces es mucha presión, es una vara muy alta porque todo el mundo cree que yo voy a ser como ellos, los niños en la escuela piensan que soy perfecta”, espetó.
Sin embargo, coincidió en que uno de los principales problemas actuales del mundo es el racismo y la discriminación, justo en contra de lo que luchaba Martin Luther King.
Así que, con motivo de su aniversario luctuoso, Yolanda consideró que la fecha representa la oportunidad de reflexionar sobre qué pueden hacer los ciudadanos para mejorar el mundo, pasar de las ideas a los hechos.
“Necesitamos escribir a los políticos, necesitamos protestar, necesitamos marchar, necesitamos hablar, educar, necesitamos hacer todas esas cosas, necesitamos tomar acción”, puntualizó.