En San Ysidro, Tijuana, existe un mercado ambulante en la frontera entre México y Estados Unidos. En el paso fronterizo terrestre más ocupado del hemisferio occidental con miles de carros esperando para cruzar nació este mercado.
Más de 950 mil personas entran a Estados Unidos desde México en un día normal. El tiempo de espera para cruzar la frontera de Tijuana a San Diego llega hasta las 5 horas debido a las inspecciones rigurosas que llevan a cabo las autoridades.
En la ciudad fronteriza se puede observar un mercado lleno de personas y vendedores de diferentes culturas. Se pueden encontrar personas locales, niños, migrantes de todas parte de Latinoamérica y el Caribe. Además de vendedores que ofrecen todo tipo de cosas:
- comida
- ropa
- esculturas
- mascotas
- chistes
- y hasta medicinas recetadas.
Uno de esas personas es Diego García, que llega todos los días por la mañana para trabajar en lo que llaman “las líneas”. Diego trabaja todos los días, con excepción del martes, desde muy temprano hasta la noche. Después de una jornada de trabajo llega a su casa con entre 100 y 200 dólares.
Además de productos, la gente también vende entretenimiento. El puerto de Tijuana se ha convertido en un escenario para aquellos que quieren llegar al estrellato.
Jesús Barrera, de 15 años, es uno de ellos; llega todos los días desde cerca del mediodía y se queda hasta las 8 de la noche a cantar música regional mexicana.
Muchos de los vendedores son menores de edad que no asisten a la escuela pero que no pierden la esperanza de poder regresar algún día. Los motivos de sus faltas varían, algunos son migrantes y no tienen la documentación necesaria y otros no han podido ir debido a la pandemia.
